Hyman Strachman es un veterano de la II Guerra Mundial que tiene en su casa una maquinaria engrasada y perfecta de piratear películas. En los últimos ocho años calcula que ha copiado más de 300.000. Pero los estudios no lo denuncian, ni mucho menos. Tiene 92 años y las copias van para los soldados estadounidenses en el exterior.
Cuando murió su mujer, este anciano comenzó a buscar sentido a su vida ayudando a los soldados. Desde su casa de Long Island (Nueva York) se convirtió en el único empleado de un taller no tan clandestino de pirateo masivo de películas. De su propio dinero costeaba el envío a Afganistán e Irak de cajas de DVD copiados.
"Sé que no es lo correcto, pero lo hago. Si fuera más joven quizá habría pasado un tiempo en el trullo", dice Strachman al 'New York Times'.
"Es chocante saber que es él, porque cuando piensas en quién te está mandando todas esas películas te imaginas algo como un sótano en un país del Este, pero no un anciano judío. Cuando una película se estrenaba ya sabías que 'Big Hy' nos estaba mandando unas copias. Yo vi 'Transformers' en Afganistán antes de que se estrenara en los Estados Unidos", declara el Capitán Bryan Curran.
Strachman se puede haber gastado más de 30.000 dólares en ocho años de actividad pirata, entre los envíos y los DVD vírgenes. Las pérdidas que habría provocado a los estudios es mucho mayor.
Pero, evidentemente, nadie va a denunciar a un viejito, que es, a su manera, el gran héroe americano. Y eso a pesar de que, aunque los estudios envían las últimas películas a los soldados, que lo hacen, las mandan en viejas bobinas y proyectores para hacer más difícil el pirateo. Ni del ejército se fían.
Quique Peinado
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios