Estudian la formación de estrellas masivas, que sembraron la vida en Universo

  • Más de 50 astrofísicos españoles estudian los procesos de formación de estrellas masivas que, al explotar como supernovas, "sembraron" el Universo de los elementos metálicos que hicieron posible la generación de galaxias y planetas y por lo tanto, de la vida en la Tierra.

Ana Santana

Santa Cruz de Tenerife, 4 jul.- Más de 50 astrofísicos españoles estudian los procesos de formación de estrellas masivas que, al explotar como supernovas, "sembraron" el Universo de los elementos metálicos que hicieron posible la generación de galaxias y planetas y por lo tanto, de la vida en la Tierra.

Los "Estallidos de formación estelar en galaxias" es el asunto que involucra al grupo de investigadores de diferentes centros españoles e internacionales y del que forma parte Enrique Pérez, científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Instituto de Astrofísica de Andalucía.

Enrique Pérez explica en una entrevista con Efe que éste es un proyecto coordinado entre varios centros españoles, entre ellos el Instituto de Astrofísica de Canarias, para estudiar la formación y evolución de brotes violentos de formación estelar y su impacto en galaxias.

El objetivo del proyecto, incluido en el plan nacional de Astronomía y Astrofísica, es el estudio observacional y teórico de brotes masivos de formación estelar y su impacto en galaxias para definir el alcance de estos eventos, así como encontrar los parámetros que llevan a la realimentación, es decir, a la formación de futuras generaciones de estrellas.

Para ello se ha seleccionado una muestra de estallidos que cubre un amplio rango, desde los nucleares en galaxias espirales grandes cercanas a los de galaxias enanas, pasando por las regiones de gigantes en espirales y galaxias irregulares y los que suceden en galaxias que además tienen un núcleo activo, añade Pérez.

"Cuando vemos el cielo, las estrellas que observamos están muy evolucionadas, pero las que originaron inicialmente estaban apelotonadas en nubes de gas que se fueron condensando y separando con el tiempo", detalla el científico del CSIC.

Una característica de las estrellas masivas es que "consumen su combustible" en poco tiempo por la presión gravitatoria y observar su formación es posible "desde nuestra galaxia hasta casi los orígenes del Universo", pues se trata de uno de los eventos más luminosos, que se puede detectar con una distancia de millones de años luz.

Las estrellas masivas emiten una radiación muy energética que es absorbida por el gas, que a su vez emite otra radiación que es la que analizan los investigadores para comprender datos como su composición química y temperatura.

"No estaríamos aquí" sin este proceso, puntualiza Enrique Pérez, ya que al principio del Universo los únicos elementos eran el hidrógeno y el helio generados por explosiones en el interior de estrellas que después, al explotar como supernovas, han sembrado en las galaxias elementos más metálicos.

Estos, al condensarse, generaron los elementos químicos pesados que hicieron posible la formación de los planetas y la generación de más estrellas.

"Todo el oxígeno, nitrógeno, carbono y hierro han sido generados por estas estrellas masivas", resume el investigador, quien indica que su grupo analiza la luz de estos cuerpos masivos para medir la cantidad de elementos químicos que hay en el gas que los rodea.

Esto conlleva la ventaja de que, al ser estas estrellas tan luminosas y brillantes, se puede utilizar esta técnica de observación hasta casi los orígenes del Universo para medir la composición en galaxias muy lejanas.

Los astrónomos diferencian en su estudio objetos aislados y que por tanto constituyen "un ecosistema" de aquellos que se encuentran en entornos más densos, galaxias en cúmulos o en grupos, que pueden ser determinantes en la formación y evolución de los cúmulos de estrellas masivas.

Se ha definido además una muestra común que comprende ejemplos típicos de cada clase y que será estudiada por todo el equipo con observaciones multifrecuencia.

Para ello se realizan observaciones en rayos X, UV, visible, infrarrojo medio y lejano y radio con telescopios en tierra y satélites.

Los investigadores quieren ampliar la muestra de objetos analizados para realizar, además de los estudios detallados en las muestras propias, un uso masivo de bases de datos que les permitirán alcanzar resultados "muy robustos" estadísticamente.

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