Fundación bbva premia al investigador paul r. Ehrlich por su trabajo sobre la conservación de la biodiversidad


La Fundación BBVA ha concedido el Premio ‘Fronteras del Conocimiento’ en la categoría de Ecología y Biología de la Conservación, en su VI edición, al entomólogo, ecólogo y biólogo Paul R. Ehrlich, catedrático de Ciencias Biológicas de la Universidad de Stanford (Estados Unidos), por haber “contribuido de forma decisiva a múltiples avances conceptuales en ecología y biología de la conservación, con una gran influencia en otras disciplinas académicas”.
Así lo anunció este martes en rueda de prensa el director del jurado, Daniel Pauly, catedrático de Recursos Pesqueros en el Centro de Pesquerías de la Universidad de British Columbia de Canadá, junto al director de la Fundación BBVA, Rafael Pardo, y al profesor de Investigación del departamento de Ecología Integrativa de la Estación Biológica de Doñana y secretario del jurado, Pedro Jordano.
Según el acta del jurado, “entre sus contribuciones fundamentales se incluyen conceptos altamente innovadores como la co-evolución, la dinámica de metapoblaciones, los servicios ecosistémicos o el papel que desempeñan los seres humanos en la sostenibilidad ecológica”.
“Soy un biólogo con mucho interés en la teoría o un teórico al que le gusta poner a prueba sus teorías con experimentos”, se definía Paul R. Ehrlich al conocer el fallo del jurado.
El trabajo de Ehrlich ha sido fundamental para abordar una de las preguntas claves en ecología: ¿cuál es la razón de que existan tantas especies en el planeta? En 1964 Ehrlich desveló un importante mecanismo para dar respuesta a ello, en un artículo publicado en la revista ‘Evolution’ que escribió junto con su colega Peter H. Raven. Una de las causas principales de la gran biodiversidad de la vida en la Tierra, apuntaron, es la co-evolución, es decir, las interacciones que tienen lugar entre diferentes tipos de organismos sin que medie intercambio genético, y propusieron un mecanismo por el que este proceso habría contribuido a la enorme diversidad de especies de plantas e insectos, según explica la Fundación BBVA en una nota de prensa.
“Llevamos adelante el trabajo con una emoción creciente, porque sospechábamos que la co-evolución era en general un proceso infravalorado. Creo que nuestro trabajo ha sido tan ampliamente citado porque por primera vez analizó en profundidad las relaciones evolutivas entre dos grandes grupos de organismos íntimamente relacionados evolutivamente”, aseguró el premiado.
Como se refleja en el acta, Ehrlich “recurrió a estudios experimentales a largo plazo para documentar patrones en la dinámica de poblaciones y estructura genética y los factores que los regulan. A través de su trabajo con mariposas como sistema de estudio, logró desentrañar el papel del clima y de las interacciones ecológicas en la regulación de las poblaciones. Este estudio abrió un nuevo horizonte en la investigación de la dinámica de metapoblaciones y su probabilidad de desaparición como resultado del balance entre colonización y extinción”.
Para Ehrlich, este concepto es clave porque “demuestra que la parte más importante en la investigación de la pérdida de la biodiversidad es la pérdida de población por encima de la pérdida de especies, dado que son las poblaciones las que generan los servicios ecosistémicos”.
El jurado ha resaltado el papel de Ehrlich en el desarrollo del concepto de servicios ecosistémicos, es decir, “la dependencia de nuestra sociedad de procesos naturales que nos benefician directa o indirectamente, como la polinización de los cultivos por insectos, la purificación del agua, la protección contra la erosión, la provisión de alimentos, etc.”, indicó la fundación.
También ha sido pionero a la hora de cuantificar el impacto de la actividad humana en la naturaleza, y en el desarrollo del concepto de sostenibilidad ecológica. Uno de sus trabajos más citados, publicado en la revista ‘BioScience’ en 1986, analiza por primera vez cuánta producción primaria consumen los humanos. La producción primaria es la biomasa que generan los organismos fotosintetizadores, los únicos capaces de introducir energía en el ciclo de la vida en la Tierra, convirtiendo la luz solar y el dióxido de carbono en materia orgánica. El análisis de Ehrlich y sus colaboradores reveló que las personas consumen casi el 40% de este recurso.
Por último, Pedro Jordano, secretario del jurado, destacó cómo una de sus contribuciones conceptuales más recientes se pone de manifiesto en un artículo de 2011 en el que propugna la Ecología de la intervención frente a la Ecología de la restauración: “En lugar de centrarse en recuperar una especie en concreto, se trata de entender y actuar sobre los procesos de interacción que permiten mantener las especies y funciones ecológicas esenciales para preservar el ecosistema”.

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