Hallan los ojos fósiles de un artrópodo de 515 millones de años

  • El descubrimiento, con participación española, demuestra, según sus autores, que algunos de los primeros animales adquirieron rápidamente una visión muy desarrollada, lo que no era conocido. Este ojo fósil corresponde a un artrópodo activo, probablemente cazador, y es mucho más complejo que ningún otro órgano visual conocido del Cámbrico temprano, aseguran los investigadores.
Hallan siete ojos fósiles de más de 515 millones de años (EFE/John Paterson)
Hallan siete ojos fósiles de más de 515 millones de años (EFE/John Paterson)
EFE/John Paterson
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Un equipo internacional de investigadores ha hallado siete ojos fósiles de más de 515 millones de años y con una complejidad altísima ya que están formados por más de 3.000 pequeñas lentes; pertenecen a un artrópodo marino hasta ahora desconocido y con un modo de vida similar al de la langosta.

El descubrimiento, con participación española y llevado a cabo en rocas de la localidad de Emu Bay Shale, en Isla Canguro (Australia), aparece publicado en el último número de la revista Nature y demuestra, según sus autores, que algunos de los primeros animales adquirieron rápidamente una visión muy desarrollada, lo que no era conocido.

La Tierra tiene 4.500 millones de años y en los primeros 4.000 millones la vida existente era unicelular (principalmente bacterias).

Los organismos multicelulares no aparecieron hasta hace unos 550 millones de años, en lo que se conoce como "explosión" de biodiversidad del Cámbrico (primer período geológico del Paleozoico), un evento evolutivo que marcó entre 540 y 520 millones de años atrás la aparición de casi todos los grupos de animales.

Los ojos encontrados se estiman que tienen 515 millones de años, miden un centímetro de diámetro y están formados por 3.000 lentes (la mosca del vinagre posee 800 y las libélulas unas 30.000), lo que le daba al artrópodo una visión muy aguda, explicó a Efe Diego García-Bellido, investigador del Centro Superior de Investigaciones Científicas de España en el Instituto de Geociencias.

Las lentes, señaló, producen cada una un píxel de resolución visual, lo que quiere decir que el artrópodo al que perteneció uno de los ojos encontrados en Australia "veía el mundo con una resolución de más de 3.000 píxeles por cada ojo".

Además, otras de las cualidades de estos ojos -los más antiguos del mundo de esta complejidad- es que poseían una zona con las lentes más grande, lo que le confería una mayor capacidad de visión en ambientes de poca luminosidad.

"Este ojo fósil corresponde a un artrópodo activo, probablemente cazador, y es mucho más complejo que ningún otro órgano visual conocido del Cámbrico temprano", remachó García-Bellido.

La visión es un arma muy poderosa, recordó este investigador, quien dijo que este descubrimiento demuestra el nivel de complejidad al que habían llegado los ojos de los artrópodos en tan poco tiempo después de la "explosión" de biodiversidad.

Los ojos se encontraron separados del resto del cuerpo, pero posiblemente correspondían a una criatura marina grande y activa, similar a una langosta, relató el investigador del CSIC.

Se trata de ojos compuestos -que tienen varias lentes- "del tipo encontrado hoy en día en insectos y crustáceos".

Los paleontólogos desconocen el tipo de artrópodo al que pertenecieron y descartan, por sus características complejas de visión, que los ojos pudieran corresponder a la mayoría de artrópodos típicos de esa zona, por lo que se trata de una especie inédita.

Hasta ahora, la comunidad científica conocía los ojos mineralizados de los trilobites, un tipo de artrópodo.

Éstos, menos sofisticados que lo hallado ahora, tenían entre 80 y 100 lentes.

El descubrimiento, relató García-Bellido, se produjo un poco por casualidad.

Primero encontraron en una zona muy pequeña muchas lentes, pero no los ojos, las fotografiaron y examinaron y un año después (2008), en la siguiente campaña de excavación, acudieron al yacimiento con "el elemento de búsqueda en la cabeza", detalló este científico, que tuvo "la suerte" de encontrar el primer ojo completo.

Las excavaciones en Emu Bay Shale comenzaron en 2007 y desde entonces este equipo ha obtenido más de 5.000 ejemplares de unas 50 especies marinas distintas, muchas aún sin describir.

Entre los fósiles que han visto la luz hay varios tipos de artrópodos no emparentados con ningún grupo actual, numerosos gusanos marinos, algas y esponjas.

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