Huesos, músculos y órganos: la impresión 3D es el futuro de la medicina

    • Posibles en teoría, todavía no se han fabricado de manera convincente.
    • La aparición de impresoras 3D capaces de imprimir estructuras complejas por menos de 1.000 euros acelera el proceso de manufactura.
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La medicina tiene sus vistas puestas en laimpresión 3D para solucionar el problema del abastecimiento de órganos y otros tejidos de cara a un futuro no muy lejano. El abaratamiento de los costes unido a los avances en esta técnica que permite crear objetos de la nada han permitido a los investigadores ser optimistas respecto a su uso en humanos en un futuro no muy lejano.

El mayor problema al que se enfrentan las impresoras 3D en la actualidad es la incapacidad de estas máquinas de crear estructuras que no sean capaces de aguantar su propio peso y que se deformen al construirlas. La web Live Science pone el ejemplo de la gelatina para ilustrar la dificultad de construir sobre unos cimientos que no se sostienen por si mismos. "Se han impreso en 3D objetos creados con metales o cerámicas durante muchos años pero imprimir materiales que se deforman con su propio peso se han convertido en un reto", explica el ingenierio biomédico Adam Feinberg.

El negocio de la impresión 3D en medicina supuso, en 2014, 537 millones de dólares en Estados Unidos, un aumento del 30 por ciento respecto al año anterior. Los elementos más demandados, piezas de titanio para reparar caderas dañadas y huesos de polimero con los que reparar estructuras óseas dañadas. El salto que permita imprimir estructuras más complejas basadas en órganos todavía está lejos. Para hacerlo, será necesario utilizar células vivas que sean capaces de actuar de pegamento entre las diferentes capas que se impriman, una encima de otra.

Organovo, una firma especializada en la impresión de tejidos humanos, trabaja en materiales que permitan regenerar órganos como el hígado aunque Jennifer Lewis, una bioingeniera licenciada en Harvard, pone alguna pega respecto al prometedor futuro de la impresión 3D: "Me encantaría que fuera cierto aunque hablamos de estructuras muy complicadas".La bajada de precios, clave para la llegada de nuevos investigadores

La realidad asegura que todo lo relativo a estructuras rígidas es factible en pleno 2015, ya sean prótesis para extremidades, dentaduras postizas o dispositivos para mejorar la capacidad auditiva. Feinberg asegura contar con una técnica que permite imprimir tejidos orgánicos dentro de estructuras 3D que no se deforman con su propio peso. Entre las pruebas que han llevado a cabo se encuentran una arteria coronaria, un fémur o las capas externas del cerebro humano y los investigadores han sido capaces de eliminar las estructuras artificiales sobre las que se sustenta el órgano aplicando la temperatura a la que se encuentran en el cuerpo humano lo que no daña el tejido vivo. Feinberg insiste en que, pese a los avances, la implantación de esta técnica todavía está a años vista: "Hemos dado pasos importantes para poder utilizar materiales biológicos que son necesarios pero todavía hacen falta años de investigación".

El avance en la tecnología de las impresoras 3D puede ser el último empujón necesario para que la teoría se convierta en realidad. Las máquinas con las que trabajan cuentan con un software de código abierto que cualquier usuario puede mejorar y el hecho de que una máquina capaz de dar forma a este tipo de órganos haya bajado de los 100.000 a los 1.000 euros abre la puerta a que, en un futuro no muy lejano, otros grupos de investigadores den con la clave que permita fabricar un hígado de la nada.

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