La comunicación podrá ser "de cerebro a cerebro", sin habla, según un experto

  • Kevin Warwick, catedrático de cibernética en la Universidad de Reading (Reino Unido), es un "cíborg" que ha tenido implantes electrónicos en su propio cuerpo, y que opina que la forma actual de comunicarse es "patética" y en un futuro se logrará una comunicación "cerebro a cerebro", sin usar el lenguaje.

Noemí G. Gómez

Madrid, 17 nov.- Kevin Warwick, catedrático de cibernética en la Universidad de Reading (Reino Unido), es un "cíborg" que ha tenido implantes electrónicos en su propio cuerpo, y que opina que la forma actual de comunicarse es "patética" y en un futuro se logrará una comunicación "cerebro a cerebro", sin usar el lenguaje.

Este investigador británico, invitado a dar una conferencia en España por la Obra Social "la Caixa", hizo su primer experimento cíborg (ser formado por materia viva y dispositivos electrónicos) en 1998, cuando introdujo durante nueve días un transmisor en su brazo izquierdo, lo que permitió, entre otros, conocer su ubicación.

En 2002 dio un paso más y se implantó otro dispositivo, esta vez con cien electrodos, capaz de comunicar su sistema nervioso a un ordenador que registraba señales emitidas por su cerebro.

Con esto logró, recuerda Warwick en una entrevista con la Agencia Efe, controlar desde una universidad de Nueva York una mano robótica instalada en Gran Bretaña (cuando él movía la mano, las señales emitidas por su cerebro eran capaces de controlar la mano robótica).

"Sentí incluso la sensación que recibía de esa mano mecánica al coger algo", asegura este científico.

Más tarde, en una extensión de esta investigación, Warwick instaló a su mujer otro chip con el objetivo de crear una especie de 'telepatía', para lograr una comunicación a través del pensamiento.

Este experimento, subraya, fue un éxito, ya que se consiguió una comunicación electrónica entre dos sistemas nerviosos, eso sí, básica, de manera telegráfica: "fue un intercambio se sensaciones".

Estos experimentos, que podrían tener implicaciones positivas por ejemplo para personas con paraplejia, son "extraordinarios".

Y lo es, detalla, porque se demostró que el cerebro es capaz de asimilar "inputs" (entradas) sensoriales añadidos y que se puede "enchufar" el sistema nervioso a una red y a partir de ahí actuar.

Fue y es importante también, añade, porque se abre la puerta a otra forma de comunicar.

"Ahora nos comunicamos de forma patética", usando señales electroquímicas complejas; en un futuro existirá la posibilidad de comunicar ideas, emociones y sensaciones, solo a través del cerebro.

Para este investigador, autor o coautor de 500 trabajos de investigación y 27 libros, "no pensamos en palabras, si no en objetos: en un café, en una copa de vino, en amor o en sexo".

Warwick no pone fecha a este tipo de comunicación, pero sí señala que técnicamente ya se ha visto que es posible.

Y ahí está centrando sus investigaciones, para las que ya tiene varios candidatos dispuestos a implantarse, junto a él, chips.

En cuanto a la ética, que "siempre existe, se va moviendo", admite.

En este sentido, explica que en 2002 una pareja británica se puso en contacto con él para implantar a su hija de once años un microchip para poderla localizar en el caso de secuestro.

Esta petición la hicieron después del asesinato de dos niñas.

En un principio Warwick accedió, pero encontró la oposición de diversas asociaciones de defensa de la infancia y paró.

"Aún sigo recibiendo cartas de padres pidiendo implantes", declara.

Warwick está centrado también en investigar cómo usando métodos computacionales inteligentes se puede predecir la aparición de temblores de párkinson, para detenerlos a través de un implante profundo en el cerebro, y lidera un proyecto en el que una red neuronal cultivada -usando neuronas biológicas- es entrenada para controlar un robot, lo que servirá para conocer el cerebro.

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