La empresa privada apunta a la Estación Espacial Internacional

  • La privatización de la exploración espacial dará un salto crucial con el lanzamiento el sábado de la cápsula no tripulada Dragon que llevará alimentos, suministros y experimentos a la Estación Espacial Internacional (EEI).

Jorge A. Bañales

Washington, 18 may.- La privatización de la exploración espacial dará un salto crucial con el lanzamiento el sábado de la cápsula no tripulada Dragon que llevará alimentos, suministros y experimentos a la Estación Espacial Internacional (EEI).

La cápsula partirá a bordo del cohete Falcon 9 en la madrugada del sábado, a las 8:55 GMT, desde Cabo Cañaveral (sur de Florida), y si todo funciona según lo previsto, se acoplará cuatro días después a la EEI.

La agencia espacial estadounidense NASA ha otorgado a la firma Space Exploration Technologies (SpaceX) un contrato por importe de 1.600 millones de dólares para una docena de misiones de naves no tripuladas con la misión de reabastecer al laboratorio espacial internacional, que orbita a unos 380 kilómetros de la Tierra.

La NASA concluyó el año pasado el programa de los transbordadores, con los que durante 30 años realizó sus misiones espaciales y con los que abastecía periódicamente a la EEI.

Hasta que Estados Unidos tenga otras naves que cumplan misiones similares a sus transbordadores, la supervivencia de los astronautas residentes en la EEI y el mantenimiento mismo del complejo orbital depende de naves rusas.

Pero el gobierno estadounidense, que se ha marcado nuevos objetivos en materia de exploración espacial, se ha asociado con la empresa privada para que desarrolle vehículos que puedan hacer esas labores de abastecimiento, mientras se centra en misiones como llevar aun asteroide o enviar la primera misión tripulada a Marte.

Esto es una novedad, ya que desde sus comienzos como parte de la Guerra Fría y la competencia científica y militar entre Estados Unidos y la entonces Unión Soviética la exploración espacial, aunque ha habido colaboración con el sector privado, ha sido principalmente un esfuerzo, y una inversión, de recursos gubernamentales.

Si todo funciona como lo han preparado los técnicos de SpaceX y la NASA, el cohete Falcon 9 despegará de la pista de Cabo Cañaveral cuando se enciendan los nueve cohetes de la primera de sus dos etapas de propulsión.

El Falcon 9 es un cohete de dos etapas propulsado por la combustión de oxígeno líquido y queroseno, que mide 54,9 metros de largo y 3,6 metros de ancho, con una masa de 333,4 toneladas.

Unos 180 minutos después del lanzamiento el segmento con los motores se separará y caerá a tierra, y se encenderán los propulsores de la segunda etapa.

A los nueve minutos de vuelo la cápsula Dragon deberá separarse del segundo segmento del cohete Falcon 9 y quedará en su propia órbita. La cápsula desplegará entonces sus pantallas de captación de la energía del Sol, y la navegación dependerá de sus propios cohetes de dirección.

En el tercer día de la misión Dragon encenderá esos cohetes para una primera pasada a unos 2,5 kilómetros por debajo de la EEI, lo cual dará la oportunidad a los seis ocupantes actuales del puesto orbital de observar la nave visitante.

En el cuarto día de la misión la cápsula volverá a encender sus motores de dirección y empezará a aproximarse a la EEI y cuando esté a unos 220 metros de la estación orbital los astronautas que allí residen enviarán la señal para que se detenga.

La nave realizará otras maniobras de avance y parada a los 300 metros, 30 metros y finalmente a 10 metros.

Será entonces cuando el astronauta estadounidense Don Pettit, en la EEI, operará el brazo robótico del puesto orbital para capturar la Dragon atrayéndola al módulo de laboratorio Harmony donde será adosada.

Al día siguiente, los residentes de la EEI abrirán la escotilla de la bodega de la Dragon y comenzarán a desembarcar la carga, que incluye 460 kilogramos de alimentos.

Se ha programado que la Dragon pase 18 días atracada en la EEI.

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