La NASA celebra su 60 cumpleaños con el objetivo de volver a mirar a las estrellas

  • Su origen se remonta al albor de la aviación, cuando en 1915 Washington creó el Comité Asesor Nacional para la Aeronáutica (NACA).
Primer plano de la huella de la bota del astronauta Buzz Aldrin en el suelo lunar, fotografiada durante la misión del Apolo 11 (Foto: NASA)
Primer plano de la huella de la bota del astronauta Buzz Aldrin en el suelo lunar, fotografiada durante la misión del Apolo 11 (Foto: NASA)
Primer plano de la huella de la bota del astronauta Buzz Aldrin en el suelo lunar, fotografiada durante la misión del Apolo 11 (Foto: NASA)
Primer plano de la huella de la bota del astronauta Buzz Aldrin en el suelo lunar, fotografiada durante la misión del Apolo 11 (Foto: NASA)

La NASA celebra su 60 aniversario, un hito que marca el momento en el que el Gobierno de Estados Unidos comenzó a mirar a las estrellas con tanta curiosidad científica como recelo militar.

Tal día como hoy, hace justo sesenta años, el entonces presidente de Estados Unidos, Dwight Eisenhower, firmó la legislación que dio origen a la emblemática agencia espacial, aunque su puesta en marcha no se produjo hasta el uno de octubre de ese mismo año.

Sin embargo, la historia de la NASA se remonta más de medio siglo atrás, en el albor de la aviación, cuando en 1915 Washington creó el Comité Asesor Nacional para la Aeronáutica (NACA), cuya misión principal era buscar soluciones a los retos que presentaban esos primeros vuelos.

De la guerra a las estrellas

En 1926, el físico e inventor estadounidense Robert Goddard captó la atención del mundo entero al lanzar con éxito el primer cohete propulsado con fuel líquido. Este hito supuso un logro científico de enorme valor, pero también una oportunidad militar evidente.

Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), Alemania dio un gran paso al frente al desarrollar misiles balísticos que podían viajar más de 300 kilómetros, con los que aterrorizó a los ciudadanos de Londres.

Por aquel entonces, la investigación espacial tenía ya dos vertientes: Una militar, que aspiraba a desarrollar cohetes capaces de transportar una cabeza nuclear, y otra científica, que buscaba poner un satélite en órbita.

Nuevamente los estadounidenses volvieron a ir a remolque y tuvieron que observar cómo el 4 de octubre de 1957 eran los soviéticos los que coronaban el espacio con un satélite: el Sputnik 1. Este nuevo desengaño llevó al Gobierno estadounidense a replantearse cuál debía ser el camino a seguir en la investigación espacial. El Congreso decidió entonces crear una nueva agencia que fusionaría la NACA y la Agencia de Misiles Balísticos del Ejército (ABMA).

El logo del 60 aniversario (NASA)
El logo del 60 aniversario (NASA)

A partir de ese momento, los logros históricos de la agencia aeroespacial se empezaron a acumular, como la llegada del hombre a la Luna, el 20 de julio de 1969; aunque también ha sufrido reveses como la explosión del Challenger, en 1986, en la que fallecieron sus siete tripulantes.

Estos accidentes y el elevado coste de la carrera especial, llevaron a Washington en los últimos años a apostar por poner los pies en la tierra y mirar menos a las estrellas. Sin embargo, la llegada a la Casa Blanca de Trump ha vuelto a poner la conquista del espacio en primera línea. Una conquista, que, eso sí, apunta a ser tanto científica como militar.

Su promesa de que Estados Unidos será el primer país en poner a un hombre en Marte parece a día de hoy más lejana que su compromiso de crear unas Fuerzas Espaciales, cuya misión será proteger los intereses patrios en la estratosfera. Lejos, por lo tanto, parecen quedar esos años dorados en los que las autoridades comenzaron a mirar a las estrellas con tanta curiosidad como aprensión.

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