Los Estados Unidos trabajan en la modernización del sistema GPS

  • Aunque con retraso, el primero de los nuevos satélites está listo para su lanzamiento inminente
Uno de los actuales satélites GPS
Uno de los actuales satélites GPS
lainformacion.com
Wicho/Microsiervos

Concebido, no sin oposición, como un sistema para que las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, más en concreto su Marina, pudiera tener un control preciso de la posición de sus submarinos, el sistema GPS es en la actualidad usado por millones y millones de personas y empresas en todo el mundo, en especial desde que en el años 2000 el presidente Bill Clinton diera la orden de que el sistema dejara de funcionar con precisión reducida para aplicaciones civiles.

Así, en la actualidad, es posible conocer la posición de una persona, vehículo, paquete, una mascota, o cualquier otra cosa que lleve un receptor GPS, con una precisión máxima de unos 7 metros.

Esto funciona gracias a 31 satélites que emiten unas señales sincronizadas con enorme precisión, de tal forma que los receptores, en cuanto son capaces de captar la señal de al menos cuatro de ellos, y se supone que siempre hay al menos cuatro visibles en cada momento del día desde cualquier punto de la superficie del plantea, son capaces de calcular su posición y altura.

Los cálculos se basan en que cada señal llega con un ligero desfase respecto a las otras debido a la diferente distancia a la que está cada satélite del receptor, de ahí la importancia de la sincronización de las señales y de que los relojes de a bordo de los satélites sean lo más precisos posible.

De hecho, se trata de relojes atómicos con una precisión de una milmillonésima de segundo, que además de ser utilizados para calcular posiciones son muy utilizados como referencia de tiempo en operaciones bancarias por todo el mundo.

Y aunque pueda parecer sorprendente porque a estas alturas tenemos muy asumida la existencia del GPS, el primero de sus satélites, tras iniciarse en firme el desarrollo del sistema en 1972, fue puesto en órbita en 1978, y el sistema no entró en servicio, aunque de forma limitada, hasta 1993, con 21 satélites en órbita.

Ahora, los Estados Unidos trabajan en una gran actualización del sistema que pretende ir sustituyendo poco a poco 24 de los satélites por otros nuevos con relojes aún más precisos que además serán capaces de ofrecer el triple canales para el uso civil del sistema y cuyo software podrá actualizarse desde tierra, y que cuando estén en servicio aumentarán precisión máxima del GPS hasta algo menos de un metro.

No se trata, de todos modos, de hacerlo por altruismo, sino que buena parte de la motivación para este cambio es que los satélites originales están aproximándose al fin de su vida útil, con lo que si empiezan a fallar el sistema se degradaría hasta eventualmente dejar de funcionar.

Se estima que el coste de la sustitución de la constelación de los actuales satéñlites GPS por los nuevos rondará los 8.000 millones de dólares, incluyendo la construcción de 6 satélites de reserva que sólo serán lanzados en caso de ser necesario, y que tardará unos diez años en ser completada, aunque como suele ser habitual en todo proyecto de este estilo ya acumula un retraso de más de tres años.

De hecho, el lanzamiento del primero de estos satélites de nueva generación, el GPS IIF-1, ya ha sido cancelado varias veces, la última de ellas esta pasada noche en el último segundo debido a un problema detectado en el cohete lanzador.

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