Según 'Nature Neuroscience'

Hallan genes y proteínas que podrían dar nuevas terapias contra la depresión

Los investigadores han identificado 19 genes que pueden provocar depresión al alterar los niveles de proteínas cerebrales.

Un estudio piloto muestra que el 'neurofeedback' puede ayudar a la depresión resistente al tratamiento
La depresión es una enfermedad común, pero los tratamientos actuales son ineficaces en algunas personas.
EUROPA PRESS

Investigadores del Centro Médico de Asuntos de Veteranos de Atlanta y de la Universidad de Emory, en Estados Unidos, han encontrado genes y sus correspondientes proteínas que podrían abrir el camino a nuevos tratamientos contra la depresión, gracias a un innovador enfoque basado en las proteínas, según publican en la revista 'Nature Neuroscience'.

Mediante un estudio de asociación de todo el proteoma (PWAS) que integró datos del estudio de asociación de todo el genoma (GWAS) con datos proteómicos y genéticos del cerebro humano, los investigadores han identificado 19 genes que pueden provocar depresión al alterar los niveles de proteínas cerebrales. Además, han identificado 25 proteínas de este tipo que se perfilan como posibles objetivos para nuevos tratamientos de la depresión.

La depresión es una enfermedad común, pero los tratamientos actuales son ineficaces para muchas personas con esta enfermedad mental. Según la doctora Aliza Wingo, investigadora principal y psiquiatra del Hospital de Veteranos de Atlanta, esta investigación sienta las bases para encontrar nuevos fármacos para tratar la enfermedad, ya que identifica importantes pares de genes y proteínas que probablemente contribuyen a la causa de la depresión y podrían servir como objetivos prometedores para futuros estudios. También es profesora asociada de la Universidad de Emory.

Wingo trabaja con el doctor Thomas Wingo, primer autor del estudio, en su laboratorio conjunto del VA de Atlanta y Emory. El laboratorio se centra en la comprensión de las bases genéticas de las enfermedades cerebrales. Colaboraron en el estudio con investigadores del Centro de Enfermedades Neurodegenerativas de Emory.

En la búsqueda de nuevas terapias, el equipo de investigación, con el apoyo de la VA y los Institutos Nacionales de Salud, se propuso identificar las proteínas cerebrales que probablemente causan la depresión. El equipo planteó la hipótesis de que las variantes genéticas influyen en la depresión al alterar los niveles de ciertas proteínas cerebrales. Los estudios de asociación de todo el genoma desempeñaron un papel fundamental en la investigación, pero no fueron suficientes por sí mismos, explica Thomas Wingo.

Los GWAS son una herramienta importante por su capacidad para detectar variaciones asociadas a condiciones médicas, incluida la depresión, pero los escaneos del genoma no arrojan luz sobre cómo las variaciones genéticas se traducen en un mayor riesgo de enfermedad. Así que el diseño del estudio combinó GWAS y datos proteómicos del cerebro humano para responder a la pregunta: ¿cómo pueden las variaciones en los niveles de proteínas del cerebro explicar parte del riesgo heredado de depresión?

Al examinar las proteínas, que son los productos finales de la expresión génica y los principales componentes funcionales de las células, los PWAS pueden ayudar a dilucidar los mecanismos biológicos que subyacen a la depresión. El enfoque puede complementar de forma importante la información de los GWAS al encontrar cambios en la forma en que se expresa una proteína en un gen normal frente a una variante. A pesar de lo prometedoras que son las proteínas como informantes biológicos, y a pesar de que las proteínas constituyen la mayor parte de las dianas farmacológicas y los biomarcadores, este estudio llamó la atención entre los estudios sobre la depresión por su mirada directa a las proteínas.

Según los autores, este método científico poco habitual, que utiliza los "proteomas cerebrales humanos de referencia más amplios y profundos y las estadísticas resumidas de los últimos GWAS de la depresión", permitió a los investigadores identificar un total de 25 proteínas de interés, 20 de las cuales no estaban implicadas en la depresión en estudios GWAS anteriores. En cuanto a los 19 genes en los que se centraron, los investigadores determinaron que "contribuyen a la patogénesis de la depresión a través de la modulación de su abundancia de proteínas cerebrales".

Las fluctuaciones de las proteínas cerebrales detectadas al unir los datos de la GWAS y la proteómica del cerebro humano se encuentran probablemente entre los primeros cambios biológicos de la depresión y pueden predisponer a una persona a la enfermedad, señala Aliza Wingo, lo que hace que los hallazgos sean especialmente convincentes en términos de potencial terapéutico.

Según los autores del estudio, es fundamental realizar investigaciones de seguimiento, incluidas pruebas en sistemas modelo, para seguir examinando las posibles funciones de los genes identificados en la depresión y buscar otros genes y proteínas implicados. La sugerencia provocativa de que las proteínas implicadas parecen contribuir al riesgo hereditario de depresión ha estimulado el trabajo en curso en el laboratorio de los Wingos.

"Estamos muy ilusionados por seguir trabajando en estas prometedoras dianas en nuestro laboratorio, pero advertimos de que el camino que conduce a nuevos fármacos es largo y difícil --explica Thomas Wingo, señalando otra esperanza clínica basada en esta área de estudio--. Nos animamos a pensar que estos descubrimientos también podrían resultar útiles como biomarcadores de los síntomas depresivos. Un biomarcador eficaz, como la hemoglobina A1C para la diabetes, podría ayudar en el diagnóstico y el tratamiento de la depresión".

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