Miles de personas despidieron al Atlantis con explosión de alegría y lágrimas

  • Con una explosión de alegría, aplausos, lágrimas y el grito "¡Vamos Atlantis!", las miles de personas apostadas en los alrededores del Centro Espacial Kennedy, en Florida (EE.UU.), despidieron hoy al transbordador estadounidense, que partió en su última misión.

Elvira Palomo

Cabo Cañaveral (EE.UU.), 8 jul.- Con una explosión de alegría, aplausos, lágrimas y el grito "¡Vamos Atlantis!", las miles de personas apostadas en los alrededores del Centro Espacial Kennedy, en Florida (EE.UU.), despidieron hoy al transbordador estadounidense, que partió en su última misión.

El mal tiempo amenazó en los últimos días con arruinar el último lanzamiento de la era de los transbordadores, que después de 30 años, dejarán de ser las naves que Estados Unidos use para llevar carga al espacio y realizar misiones tripuladas.

El día amaneció nublado pero sin lluvia, lo que fue un alivio para los centenares de personas que acamparon desde el jueves en los alrededores del Centro Espacial Kennedy, en torno a la carretera US1 o el Space View Park en la cercana localidad de Titusville.

"El Atlantis saldrá", aseguraba Michael Benanati, quien viajó durante toda la noche desde Nueva York para ver el lanzamiento con sus hijos, de 11, 13 y 14 años, y su madre. "Estamos muy emocionados, hoy es un día histórico y queremos formar parte", dijo a Efe horas antes del lanzamiento, posicionado en una bahía a 16 kilómetros del Centro Espacial.

Los pronósticos meteorológicos auguraban un 70 % de probabilidades negativas para el despegue, pero los técnicos de la NASA aseguraban que la nave estaba "lista para volar" y sus seguidores, venidos de todas partes del mundo, también, y así fue.

Tras un exitoso despegue a las 15.29 GMT, apenas tres minutos después de la hora prevista, el transbordador inició un viaje de más de dos días hacia la Estación Espacial Internacional (EEI), a la que se espera que se acople el domingo a las 15.06 GMT.

El lanzamiento apenas dura unos segundos, pero queda impreso en la retina de cualquiera que haya tenido la oportunidad de verlo. "También se siente, sientes el calor, la vibración y la luz, la más brillante que he visto nunca", aseguró a Efe Isabel Lara, una de las 150 personas seleccionadas por la NASA para tuitear la misión final.

Para Lara fue un "momento histórico" y también para reflexionar de lo que es capaz la humanidad que "ha logrado enviar al hombre al Espacio", que exista "una estación espacial allá, en la que podemos hacer experimentos".

Los aficionados al Espacio se abrazaron y gritaron de alegría al ver partir al Atlantis dejando tras de sí una densa estela de humo. Un poco más lejos, una joven, que no quiso identificarse por ser trabajadora de la NASA, dijo entre lágrimas: "empecé en la NASA con una beca trabajando para los transbordadores".

Para Pat Woods también era un día especial ya que formó parte del equipo de ingenieros encargados de la seguridad del Columbia en su misión STS-1. "He visto todos los lanzamientos desde entonces", recuerda emocionada, "es un día un poco triste pero también me siento muy honrada de haber trabajado para los transbordadores".

Todos los presentes contuvieron la respiración cuando un minuto antes pararon el reloj de la cuenta atrás. Desde el terreno, los espectadores buscaban desesperados en sus teléfonos de última generación qué pasaba. Falsa alarma.

Los detectores avisaron que una pieza que debe retirarse antes de salir no se había soltado y tuvieron que recurrir a la visión con cámaras para asegurarse.

"¡Dios permite que el Atlantis vuele hoy!", gritó Jennifer Jones, quien entre lágrimas aseguró después del lanzamiento que "fue algo indescriptible". Había visto antes un lanzamiento pero "nunca tan de cerca".

"Es la experiencia de una vida. Mucho más de lo que esperaba", asegura y confía en que la NASA siga liderando la exploración espacial". "Tengo hijos que sueñan con esto", dijo apuntando a la plataforma vacía del transbordador.

Hasta allí también se desplazaron algunos de los astronautas que han participado en misiones anteriores, como el canadiense Robert Thrisk, veterano de la misión STS-78, centrada en investigación científica, y que también formó parte de la expedición 20/21 de la EEI, donde pasó seis meses en órbita a unos 380 kilómetros de la Tierra.

Thrisk dijo estar feliz: "el lanzamiento es una de las partes más arriesgadas de toda la misión, así que sólo siento alegría en estos momentos. Mis cuatro amigos están seguros y en órbita".

En declaraciones a Efe, también dijo sentir "un poco de tristeza" por ser el último lanzamiento. "Es el final de una era pero un nuevo principio", confió.

De cara al futuro, Thrisk señaló que Marte es "el siguiente paso lógico a perseguir". "La gente joven tiene un futuro en Marte y les pasamos la antorcha" de la exploración.

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