Google Glass todavía no salió a la venta y ya causa polémicas. Varios propietarios de cafeterías, cines, casinos, parques y otros locales comerciales de EEUU han anunciado que no permitirán el ingreso de clientes que usen estas gafas inteligentes.
El objetivo es resguardar la privacidad del entorno ya que lasGoogle Glass pueden grabar vídeos, sacar fotos y colgar información en internet al instante.
A diferencia de otros equipos que tienen las mismas funciones, como los teléfonos móviles, estos equipos son muy discretos, no tienen una luz roja para avisar que está grabando vídeos o tomando fotos, e incluso las aplicaciones pueden activarse con un simple guiño.
Además, los casinos temen que la tecnología ayude al fraude y los cines creen que así se pueda facilitar el trabajo de los piratas.
Otros establecimientos comerciales, como los bancos, analizarán el uso que le dan sus clientes a las gafas inteligentes antes de decidir si ponen en peligro a la seguridad.
Sin embargo esta situación también abre otro problema: la ciberdiscriminación.
El periódico Daily Mail narra el caso de un profesor de la Universidad de Toronto, Steven Mann, quien denunció que tuvo problemas con un empleado de un famoso local de comidas rápidas, que supuestamente intentó obligarlo a que se quitase las gafas inteligentes.
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