Falta de consenso

Raza y medicina: las implicaciones de medir riesgos en base al color de la piel

Un grupo de científicos apunta que incorporar la raza en la medicina puede ayudar a medir los riesgos que entrañan las enfermedades para distintos grupos de población, pero también crear desajustes.

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Raza y medicina: las implicaciones de medir riesgos en base al color de piel.
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Las discusiones y desencuentros sobre la raza, y las diferencias que esta crea entre los seres humanos, siempre han existido. Las conversaciones sobre lo que implica ser blanco o negro se han enmarcado tradicionalmente en contextos sociales, económicos y políticos, ya que algunas disciplinas, como la medicina, que apuestan más por la 'neutralidad' en sus métodos, han sido más tímidas a la hora de introducir a las etnias como una variable en su práctica para tomar decisiones. De hecho, "los médicos aún carecen de consenso sobre el significado de la raza", de acuerdo a una investigación de 'The New England Journal of Medicine', que apunta que incorporarla en la medicina crea otra forma de medir los riesgos que entrañan las enfermedades para distintos grupos de población, pero puede generar   desajustes en los recursos destinados a cada uno.

El estudio desarrollado por los científicos Darshali A. Vyas, Leo G. Eisenstein, y David S. Jones presenta una lista de enfermedades en las que se hace más evidente cómo las diferencias de riesgo clínico que arrojan las calculadoras en función de la raza pueden hacer que los médicos dediquen más recursos y tiempo a ciertos colectivos.

En cardiología. La tabla elaborada por los investigadores en el proyecto muestra que a los profesionales se les recomienda utilizar la segmentación a la hora de establecer los riesgos de las personas para iniciar los tratamientos. Los médicos hacen consideraciones en base a si se trata de alguien "negro o no negro" y, por el modelo de evaluación, a los individuos blancos se les asigna un riesgo de mortalidad superior. La investigación no rechaza este tipo de clasificaciones pero sí expresa su preocupación hacia el hecho de que varias entidades han querido utilizar este 'puntaje' para incrementar la asignación de terapias a pacientes de alto riesgo y reducirlas en los otros casos. Para ellos, la "corrección" de los algoritmos en base a la raza puede incrementar el umbral de acceso a recursos médicos que ya existe entre ambos grupos. 

Algo similar ocurre con las operaciones cardíacas. Algunas entidades científicas utilizan la distinción de razas -"un negro/ africano americano, asiático, americano indio, hawaiano, latino..."- para estimar los riesgos de los pacientes. Las conclusiones apuntan que el riesgo de mortalidad o de sufrir complicaciones por las operaciones asciende en un 20% si la persona es identificada como negra. En cuanto a las otras razas, la mortalidad no sube por esta variable, pero la posibilidad de tener complicaciones tras las operaciones sí aumenta. Los autores de la investigación alertan de que el uso recurrente de esta clasificación puede bloquear el acceso de minorías a este tipo de procedimientos clínicos que en muchas ocasiones necesitan. 

En la endocrinología también se han detectado complicaciones a la hora de utilizar la raza como un parámetro para evaluar a los enfermos. El análisis publicado por los investigadores revela que a los pacientes blancos se les adjudican cinco puntos adicionales de riesgo en enfermedades como la osteoporosis, y advierten de que bajar el riesgo de esta patología en los individuos negros de forma sistemática puede desincentivar a los científicos a darle seguimiento a los pacientes, lo que deriva en muchas ocaciones en retrasos en los diagnósticos e intervenciones

En el campo de la urología también se observan diferencias de peligro por esta variable. El estudio muestra que los clínicos asignan a los pacientes blancos tres puntos más en la escala de riesgo que manejan por su raza. La preocupación hacia esta asignación es la misma que en los casos anteriores. Los autores de la investigación señalan que reportar un menor riesgo para los enfermos negros de forma recurrente puede disminuir los incentivos clínicos para evaluar a este grupo de la población que puede necesitar de intervenciones de esta rama con frecuencia. 

En los estudios del cáncer se constata la misma tendencia. Las entidades estiman que los pacientes blancos tienen menos posibilidades de recaer en un cáncer de colon, por ejemplo, que los negros, y esto, para los científicos del proyecto, puede poner en la cola de las listas de espera para las  operaciones a los que las necesitan. Y la lista continúa. El método de evaluación de algunas instituciones que tratan la obstetricia utiliza el mismo patrón. El estudio de la publicación británica explica que algunos médicos miran a la raza para prever la posibilidad de éxito de un parto natural en las mujeres que se han sometido a una cesárea con anterioridad, y sus conclusiones arrojan un porcentaje inferior de buena acogida para las mujeres negras. Los expertos lamentan que este tipo de conclusiones pueden limitar el abanico de elección de este grupo de mujeres a la hora de escoger el tipo de tratamiento que prefieren para el nacimiento de sus hijos. 

La publicación científica pone en el foco cómo el hecho de cambiar las evaluaciones de riesgo para los pacientes en función de la raza puede reducir las oportunidades de ciertos grupos para acceder a los tratamientos del sistema. La investigación no pide que se deseche por completo esta variable en la medicina, pero sí muestra las complicaciones que esto puede acarrear, sobre todo en un momento en que no está claro que este tipo de parámetros sea tan definitorio a nivel clínico.

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