Rusia toma el testigo de los transbordadores de EEUU en plena crisis espacial

  • Rusia ha recuperado el protagonismo espacial merced a la jubilación de los transbordadores estadounidenses en plena crisis de su programa de lanzamientos, con repetidos fallos que ponen en duda su capacidad de abastecer a la plataforma orbital.

Ignacio Ortega

Moscú, 2 nov.- Rusia ha recuperado el protagonismo espacial merced a la jubilación de los transbordadores estadounidenses en plena crisis de su programa de lanzamientos, con repetidos fallos que ponen en duda su capacidad de abastecer a la plataforma orbital.

"Las Soyuz son absolutamente fiables. No hemos dejado de evolucionar. Las naves rusas garantizan todas las necesidades de la Estación Espacial Internacional (EEI)", aseguró a Efe Vitali Davídov, subdirector de la agencia espacial rusa (Roscosmos).

Medio siglo después de la hazaña del primer cosmonauta de la historia (1961), Yuri Gagarin, las naves pilotadas Soyuz asumieron de nuevo el liderazgo de la carrera espacial, mientras EEUU se toma un respiro y China sigue avanzando en solitario.

"Es verdad que no tendremos relevo durante varios años y esto es una gran responsabilidad, pero contamos con una treintena de Soyuz y cargueros Progress en funcionamiento o en construcción", comentó.

Davídov respondía así a las reservas planteadas por algunos expertos estadounidenses sobre los peligros de que las Soyuz no dispongan en los próximos años de alternativa en sus travesías a la plataforma orbital tras el aterrizaje en julio del transbordador Atlantis.

Las naves rusas, que sufrieron dos catástrofes con víctimas mortales en 1967 -en su primer vuelo tripulado- y 1971, en las que murieron cuatro cosmonautas, no han registrado ningún accidente grave desde la caída de la URSS en 1991.

Mientras, catorce astronautas estadounidenses perdieron la vida en las explosiones de los transbordadores Challenger en 1986 y Columbia en 2003.

No obstante, todo se torció con el accidente sufrido a finales de agosto por el carguero Progress 12-M, que se estrelló poco después del despegue y justo cuando de esas naves automáticas dependía plenamente el funcionamiento de la EEI.

Aunque es verdad que fue su primer accidente en más de 30 años de historia de las Progress rusas, la inquietud cundió en Rusia, en la NASA y también en la propia plataforma orbital, que acogía entonces a seis inquilinos.

Roscosmos salió raudo a desmentir que el accidente pudiera poner en peligro la vida en la Estación Espacial, pero por precaución suspendió los lanzamientos de los cohetes portadores Soyuz y cambió todo el calendario de vuelos para los próximos meses.

A esto se sumó a la pérdida en diciembre de 2010 de tres satélites del sistema de navegación orbital ruso GLONASS, llamado a competir con el estadounidense GPS y que le costó el puesto al anterior jefe de Roscosmos.

La estación interplanetaria automática Fobos-Grunt, llamada a ser la primera en posarse en la superficie de una de las lunas de Marte para recoger polvo marciano, fue lanzada el 8 de noviembre, pero no pudo salir de la órbita terrestre.

A día de hoy los expertos no han logrado restablecer contacto con la estación, que se proponía estudiar la materia inicial de sistema solar y que podría caer sobre la Tierra a principios del próximo año.

La opinión de Ígor Lisov, director de la revista "Noticias de Cosmonáutica" es que la estación fue diseñada y construida con graves defectos. Desde el sistema de mando al programa de abastecimiento y no se tuvo en cuenta la comunicación con la nave en órbitas bajas".

Lisov explica que entre la caída de la URSS y 2007 el programa espacial ruso "tuvo una financiación estatal por debajo de lo mínimo de subsistencia" y que el reciente incremento de la inversión no se notará en la calidad del trabajo hasta dentro de cinco años.

A esto se suma: "el envejecimiento de los especialistas, obsolescencia de los equipos, el cese de la producción de algunos componentes y materiales, y la interrupción del trabajo en ciertos campos de la cosmonáutica", agregó.

Tras numerosos retrasos y meticulosas pruebas, Rusia reanudó a finales de octubre los lanzamientos de las Progress con 2,5 de carga vital para los astronautas de la EEI, lo que fue recibido con alivio por todo el mundo.

Al confirmarse que el cohete portador Soyuz-U funcionó con normalidad, fue lanzada la Soyuz TMA-22 con tres tripulantes a bordo, que se acoplaron a la plataforma en noviembre, con lo que todo volvió a la normalidad en la plataforma orbital.

Mostrar comentarios