Este 28 de octubre se pone en marcha en Moscú un nuevo experimento para estudiar los efectos que podría tener sobre el cuerpo femenino el aislamiento provocado por una misión a la Luna. Seis investigadoras del Instituto de Problemas Biomédicos de Moscú van a pasar ocho días encerradas en un complejo de investigación que simulará las condiciones con las que se encontrarían en un viaje de ida y vuelta hasta el satélite.
El experimento pretende estudiar los efectos del aislamiento sobre la salud física y psicológica y todas las investigadoras tendrán que llevar a cabo un programa de más de 30 tareas diferentes durante el tiempo que dure la misión. Durante el experimento, las participantes probarán diferentes dispositivos que más tarde se enviarán a la Estación Espacial Internacional, según informa la agencia rusa TASS.
"Hemos decidido hacer un equipo exclusivamente femenino para entender qué tipo de cambios fisiológicos se producen en el cuerpo de una mujer en estas condiciones y para estudiar las peculiaridades de la interacción en un colectivo de mujeres cuando están aisladas del mundo exterior. Será interesante ver cómo se llevan durante ochodías", explica el responsable por el experimento, el científico Alexánder Smolievski.Rusia apunta a la Luna
El experimento, que sucede a uno llevado a cabo en 2011 y 2012 y que simuló los 500 días que duraría una misión a Marte, es una nueva prueba del renovado interés de Rusia por la Luna como lo demuestran los últimos movimientos de Roscosmos. Ayer fue Energia, uno de los principales actores de la industria espacial rusa, quien puso fecha para la llegada del primer astronauta ruso a la Luna: 2029. Para ello, estrenará un nuevo vehículo lunar de cara a 2021 que volará a la Estación Espacial Internacional en 2023 y que llevaría los primeros astronautas hasta la superficie del satélite en 2029, dentro de catorce años.
La estrategia rusa se ha topado con el interés de la ESA, la Agencia Espacial Europea, que también tiene interés en colonizar la Luna, habida cuenta de que un viaje a Marte sólo está en manos, hoy por hoy, de la NASA. Es en este contexto en que el experimento ruso evidencia que las intenciones espaciales del país vuelven a la senda que tomaron, por vez primera, en los años sesenta.
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