Sensores inalámbricos que monitorizan la salud de forma continua

  • Este invento permite controlar la tensión, temperatura, ritmo cardíaco y otros datos las 24 horas al día sin cables y de de forma remota.
Un sensor biométrico HRI-I de WIN
Un sensor biométrico HRI-I de WIN
Alvy / Microsiervos

Este pequeño invento de una firma japonesa puede venir bien tanto para quienes gustan de guardar toda su vida real como "e;vida digital"e; en el ordenador como para deportistas o pacientes que necesitan una monitorización continua de sus señales vitales. Los primeros modelo que la empresa WIN Human Recorder ha presentado se enmarcan dentro de investigaciones del Instituto Avanzado de Redes de Información Personales: pequeños dispositivos que se pueden "e;llevar encima"e; y que guardan o transmiten datos sobre las constantes vitales para que sean analizados en tiempo real, un campo denominado "e;bioinformática"e;.

Varias de estas versiones del sensor monitorizan datos tales como las señales electrocardiográficas, el ritmo de los latidos del corazón, las ondas cerebrales, la aceleración y los movimientos, la temperatura corporal, la respiración y el pulso. Un primer modelo llamado HRS-I, por ejemplo, se lleva pegado al pecho y controla el corazón y la temperatura, así como los movimientos de la persona gracias a unos acelerómetros. Su peso es de tan solo siete gramos. Además, funciona sin cables, porque utiliza una pila estándar de botón (que duran cuatro días) y transmite las señales de forma inalámbrica en la banda de uso civil de 2,4 GHz. De este modo, pueden recibirse los datos en tiempo real a través de un teléfono móvil o un ordenador que esté cerca de la persona.

Es el software que recibe los datos el que determina si condición física general de la persona está dentro de lo normal: comparando los patrones de su ritmo cardíaco y movimientos se pueden detectar niveles inusuales y lanzar una alarma; también puede detectar combinaciones que indiquen que se está padeciendo una situación de estrés o un ataque, por ejemplo. Una de las posibles aplicaciones es utilizarlo con personas ancianas, de modo que se pueda disponer de información continua de forma remota sobre su estado de salud general. La empresa fabricante cree que su precio de venta al público será de unos 300 dólares (unos 215 euros) para el sensor y otros 110 dólares mensuales (unos 75 euros) por el servicio de monitorización remota.

(Vía Slashdot.)

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