Un estudio de restos de osos demuestra posibilidad de lograr ADN prehistórico

  • Un equipo científico formado por expertos de varias universidades, entre ellos el director científico del Museo de la Evolución Humana y codirector de Atapuerca, Juan Luis Arsuaga, ha diseñado un método probado en restos de osos que permite obtener secuencias completas de ADN prehistórico a partir de fragmentos.

Burgos, 9 sep.- Un equipo científico formado por expertos de varias universidades, entre ellos el director científico del Museo de la Evolución Humana y codirector de Atapuerca, Juan Luis Arsuaga, ha diseñado un método probado en restos de osos que permite obtener secuencias completas de ADN prehistórico a partir de fragmentos.

La primera evidencia del buen resultado de este método se publica en el último número de la revista Proceedings of the National Academy of Science (PNAS), que recoge el genoma mitocondrial completo de un oso de hace 400.000 años encontrado en el yacimiento de la Sima de los Huesos, en Atapuerca.

En declaraciones a Efe, Arsuaga ha explicado que sólo este hallazgo científico es en sí mismo "muy importante", porque permitirá conocer más sobre el "árbol evolutivo" de los osos cavernarios.

Ha recordado que los estudios más antiguos de ADN de úrsidos eran hasta ahora de poco más de 100.000 años.

Sin embargo, el principal avance que implica es el propio método para obtener secuencias completas de ADN a partir de fragmentos cortos, como los que se pueden encontrar en restos de esta antigüedad.

En el caso del ADN mitocondrial, como el que se ha logrado secuenciar, sólo permite conocer las líneas genealógicas, aunque si se logra hacer lo mismo con el ADN nuclear se podrían conocer también detalles de cómo era el individuo al que corresponden los restos.

Arsuaga ha explicado que el método abrirá nuevas líneas en investigaciones prehistóricas de todo el mundo y ha asegurado que, en el caso de Atapuerca, su intención es poder desarrollar un trabajo de este tipo con restos de Homo heidelbergensis.

Ha precisado que en la Sima de los Huesos se encuentran restos de esta especie y coincide con el momento de la separación del género Neanderthal a la línea de los humanos más modernos.

Los restos corresponden a la misma época que los de los osos que se han podido estudiar y están en las mismas condiciones, por lo que "parece lógico pensar" que se podría hacer lo mismo.

En el descubrimiento han participado los investigadores del Centro Mixto (Instituto de Salud Carlos III-Universidad Complutense de Madrid) de Evolución y Comportamiento Humanos Nuria García y Juan Luis Arsuaga.

Además del Instituto Max Planck y del Centro Mixto, han colaborado en el estudio la facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Bangor (Reino Unido), el departamento de Anatomía de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda), el departamento de Arqueología de La Trobe Universidad en Melbourne (Australia), donde investiga la mexicana Cristina Valdiosera, que publicó su tesis sobre osos fósiles en el Centro Mixto.

Valdiosera, en 2006, mostró que se conservaban fragmentos muy cortos de ADN mitocondrial en los osos fósiles de la Sima de los Huesos y el presente estudio ha aplicado una mejora técnica de extracción de ADN antiguo que hace posible recuperar y ensamblar fragmentos ultracortos para reconstruir el genoma mitocondrial completo.

El Museo de la Evolución Humana de Burgos muestra en sus instalaciones, además de los fósiles originales más destacados del Homo heidelbergensis, restos fósiles de los osos encontrados en la Sima de los Huesos, el Ursus deningeri, como dentición, mandíbulas o huesos de las extremidades.

El Ursus deningeri, sobre el que se ha realizado el estudio que publica la revista PNAS, es el antepasado del oso de las cavernas típico del Pleistoceno Superior.

Su tamaño era superior al de los más grandes osos actuales y tenía una dieta menos carnívora que los osos pardos.

La investigación que publica la revista PNAS ha sido liderada por Jesse Dabney y Matthias Meyer del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig, que ha logrado demostrar que el ADN puede conservarse durante cientos de miles de años.

Hasta ahora no había sido posible encontrar secuencias largas de ADN con más de 120.000 años en medios distintos del permafrost (suelo helado permanentemente). EFE

1010207

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