Un glaciólogo dice que aunque el calentamiento se interrumpiera, sus efectos persistirían

  • Madrid.- Quince años escrutando el manto polar ártico para averiguar porqué se desvanece a pasos agigantados, permiten aseverar al glaciólogo de la Universidad de Maine (EEUU), Gordon Hamilton, que aunque el calentamiento global "se interrumpiera hoy, sus efectos persistirían durante 50 años".

Un glaciólogo dice que aunque el calentamiento se interrumpiera, sus efectos persistirían
Un glaciólogo dice que aunque el calentamiento se interrumpiera, sus efectos persistirían

Madrid.- Quince años escrutando el manto polar ártico para averiguar porqué se desvanece a pasos agigantados, permiten aseverar al glaciólogo de la Universidad de Maine (EEUU), Gordon Hamilton, que aunque el calentamiento global "se interrumpiera hoy, sus efectos persistirían durante 50 años".

Así lo ha explicado Hamilton, escocés de nacimiento, en una entrevista con EFEverde con motivo de una visita a Madrid para participar en unas jornadas parlamentarias sobre cambio climático.

El investigador viajó por primera vez al corazón de Groenlandia en 1994 para estudiar el grosor de su manto polar como parte de un proyecto de la NASA.

Diez años de trabajos de campo, le hicieron inferir que los grandes cambios se estaban produciendo en la costa; y en 2005 aceptó el ofrecimiento de Greenpeace para estudiarla a bordo del Arctic Sunrise, una especie de laboratorio flotante que la ONG tiene al servicio de científicos independientes.

Desde su cubierta comprendió que la causa del sobrecogedor espectáculo de bloques de hielo desprendiéndose ferozmente cada día no sólo era el calentamiento de la atmósfera sino las elevadas temperatura de las corrientes oceánicas que llegan a Groenlandia desde el Golfo de México.

"La temperatura del agua que transportan esas corrientes se ha incrementando en los últimos años, independientemente de los ciclos climáticos que se suceden en el Atlántico Norte, y la evidencia nos dice que es debido al cambio climático".

El científico asegura en que no es posible hacer nada para que esas corrientes cálidas entren en contacto con la capa de hielo de Groenlandia, pero sostiene que si lográramos detener el calentamiento, los mantos polares se estabilizarán y el planeta quedará en una "situación razonable".

Esto no impediría, matiza, que el deshielo continúe al menos cincuenta años más y que el nivel del mar suba y modifique considerablemente la geografía mundial, en tanto que "el calentamiento ya está acumulado en la atmósfera".

Por eso, al glaciólogo, con dos décadas de experiencia en el Instituto de Cambio Climático de Maine, no le cabe duda de que el Panel de Expertos de Cambio Climático de la ONU (IPCC) se quedó más que corto en sus predicciones sobre el cambio climático y sus consecuencias.

Sobre este asunto, justifica que el último informe del IPCC, de 2007, recogía los avances de los científicos hasta el año 2005 y que "en ese momento el deshielo en el Ártico no era tan tremendo".

Si los países no recortan sus emisiones de inmediato, al científico no le cabe duda de que en menos de quinientos años no quedará hielo en el Ártico y de que el agua que verterá al océano -el 10 por ciento del total- hará subir siete metros el nivel del mar en todo el planeta "alterando completamente su silueta".

Hamilton, quien subraya que Greenpeace "jamás" ha interferido en los resultados de sus investigaciones, viaja a la Antártida la próxima semana para emprender una nueva investigación con la que aspira a entender, en el plazo de tres años, cómo está afectando el cambio climático a sus dos mantos polares.

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