Una década de Envisat, el mayor satélite europeo de observación de la Tierra

  • Envisat, el satélite de observación de la Tierra mayor y más sofisticado lanzado al espacio por el sector aeroespacial europeo, cumple hoy una década en órbita, desde donde aporta información científica sobre la superficie de nuestro planeta, su atmósfera, sus océanos y sus capas de hielo.

París, 1 mar.- Envisat, el satélite de observación de la Tierra mayor y más sofisticado lanzado al espacio por el sector aeroespacial europeo, cumple hoy una década en órbita, desde donde aporta información científica sobre la superficie de nuestro planeta, su atmósfera, sus océanos y sus capas de hielo.

"Estimamos que hay unas 2.000 publicaciones científicas basadas en datos de Envisat", explica el experto de la Agencia Espacial Europea (ESA) a cargo de la misión Envisat, Henri Laur, en el sitio en internet de la agencia.

El satélite, un dispositivo de 8,2 toneladas de peso y 25 metros de largo por 10 de ancho que se lanzó en un cohete Ariane 5 desde el Centro Espacial Europeo de Kurú (Guayana francesa) situado a 800 kilómetros de altitud, completa cada órbita en 100 minutos a una velocidad superior a 7 kilómetros por segundo.

En su interior transporta diez sofisticados instrumentos ópticos y de radar que aportan preciada información sobre el funcionamiento de la Tierra.

Entre esos dispositivos que flotan en una órbita geoestacionaria casi polar incorporados al satélite destacan el ASAR (siglas en inglés de Radar de Apertura Sintética Avanzada) y el MERIS (Espectrómetro de Imágenes de Media Resolución), que mide la radiación solar reflejada por la Tierra, explican desde la ESA.

La tarea principal de Envisat consiste en medir el color del mar y de las zonas costeras, lo que permite determinar el estado de los sedimentos marinos o estudiar la concentración de clorofila. Pero su ámbito de actuación es mucho más amplio.

También sirve para el análisis del cambio climático, ya que su tecnología intenta arrojar luz sobre el ciclo del dióxido de carbono, un gas de efecto invernadero crucial en el proceso de calentamiento global.

"Se utiliza cada día para elaborar mapas del hielo en el mar Báltico", para contribuir a la "vigilancia contra la pesca ilegal" o para controlar los "vertidos de petróleo como el del 'Prestige'" en las costas gallegas en 2002, explica Laur, que seguiría enumerando aplicaciones del satélite durante horas.

El seísmo que provocó el tsunami de Japón en 2011 "se propagó hasta la Antártida e hizo que varios bloques de hielo colapsaran", recuerda el científico, quien resuelve que el Envisat "es muy útil para estudiar el funcionamiento de los terremotos".

Envisat, que completó en septiembre de 2010 su giro número 50.000 alrededor de la Tierra y acumula más de 2.250.000 kilómetros recorridos desde su lanzamiento, fue uno de los primeros satélites de la ESA con una considerable participación española.

Las firmas Casa Espacio, Crisa y Sener, entre otras, diseñaron parte de los componentes de un dispositivo cuya construcción y desarrollo corrió a cargo de Astrium, principal artífice de la joya de un programa científico de 3.200 millones de euros (2.752 millones de dólares entonces) en el que participaron 14 países europeos.

Una década después, el satélite ha doblado su vida útil, pues se concibió para operar sólo durante cinco años. Pero goza aún de buena salud y podría seguir operativo incluso más tiempo del que lleva en órbita, si fuera necesario, apuntan desde la ESA.

Sin embargo, no hará falta, pues la Agencia Espacial Europea y la Comisión Europea ya han acordado que siga en funcionamiento hasta que en 2013 la nueva generación de satélites de observación de la Tierra, los Sentinel, puedan tomar el relevo del pionero Envisat.

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