Así es como se debe declarar a Hacienda los ingresos que se perciben del alquiler

Se declaran en el IRPF como rendimientos del capital inmobiliario, pero previa deducción de los gastos en que haya incurrido para poder obtener esos rendimientos. Se trata, por tanto, de declarar la diferencia entre los ingresos percibidos de su arrendatario en concepto de renta (la fianza no, pues su objeto es ser una garantía para el arrendador) y los gastos deducibles. Además, en algunos casos se incorporan determinadas reducciones.

Se consideran gastos deducibles de los rendimientos íntegros todos los que son necesarios para su obtención (cuotas de comunidad, gastos de reparaciones que haya sufragado como arrendador, etc.), pero también las cantidades en que se valora la amortización del inmueble y de los demás bienes cedidos con el mismo, siempre y cuando respondan a su depreciación efectiva. También son deducibles los intereses del préstamo que usted haya concertado para la compra del inmueble, por ejemplo.

No se deducen, sin embargo, los gastos en que haya incurrido por mejoras realizadas en la casa, sin perjuicio de que el coste pueda repercutirse en forma de amortizaciones. El rendimiento neto, por muchos gastos que haya tenido en concepto de gastos de financiación y de conservación, no podrá ser negativo, pero el exceso si lo hay se puede deducir en los años siguientes.

*La respuesta ha sido elaborada por el despacho de abogados Echeandia & Alevito: www.echeandia-alevito.com