He heredado tierras de labranza y quiero alquilarlas, ¿qué contrato debo hacer?

Por lo general, este tipo de cesiones temporales de una finca para su aprovechamiento agrícola, se documentan a través de un contrato de arrendamiento rústico, regulado por la Ley 49/2003 de 26 de noviembre de Arrendamientos Rústicos. Se trata de una cesión temporal de las tierras para su aprovechamiento agrícola, ganadero o forestal, a cambio de precio. La duración mínima del contrato es de cinco años, al igual que ocurre en los arrendamientos de vivienda; de modo que si se pacta por duración inferior será prorrogado automáticamente siempre que el arrendatario así lo quiera hasta esos cinco años.

El contrato debe constar por escrito y, previo a su firma, debe realizarse un inventario de los bienes que integran la explotación (maquinaria, inmuebles, etc.), para que su debido mantenimiento por parte del arrendatario pueda ser objeto de la debida fiscalización al finalizar el arriendo.

Existen importantes similitudes con el arrendamiento de vivienda, tales como la asunción de gastos: los de mantenimiento corresponden en general al arrendatario, mientras que serán a cargo del propietario los necesarios para la debida conservación de los elementos (como puedan ser, la conservación de la estructura del inmueble de que esté dotada la finca).

No todas las actividades relacionadas con el medio rústico pueden ser objeto de este tipo de contratos. Así, quedan excluidos, por ejemplo, las cesiones para pastos secundarios, rastrojeras, montañeras, caza y las actividades ganaderas de tipo industrial. Nuestro consejo es que busque asesoramiento para que el contrato se adapte lo mejor posible a sus necesidades.

*La respuesta ha sido elaborada por el despacho de abogados Echeandia & Alevito: www.echeandia-alevito.com