La Agencia Negociadora del Alquiler (ANA) asegura que la duración media de los alquileres se ha reducido a una media de tres años, lejos del máximo que permite la ley, debido a las rebajas de precios, que están favoreciendo que muchos contratos se rompan antes de tiempo.
Esta situación está provocando que los inquilinos no lleguen a la duración máxima que permite la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) de cinco años, o de siete si el propietario es una persona jurídica.
ANA señala que en estos momentos hay muchos inquilinos que están resolviendo anticipadamente los contratos para mudarse a viviendas más baratas, entre 50 y 100 euros menos, que además se acomoden a las nuevas situaciones generadas por la pandemia de coronavirus.
Con todo ello, sostiene que hay en estos momentos una alta rotación en el alquiler, lo que está provocando una gran movilidad en el mercado de arrendamientos urbanos y que desde la Agencia Negociadora del Alquiler han alquilado en los cinco primeros meses del año un 50% más de viviendas que el año anterior.
No obstante, el plazo para arrendar una vivienda, debido al aumento de la oferta, se ha alargado desde los 20 días que más o menos se tardaba antes, hasta entre 30 y 40 días. También se detecta, agrega ANA, que los propietarios se han vuelto más selectivos con los inquilinos y exigen más garantías para mitigar posibles situaciones de ocupación y que en muchos casos prefieren esperar y bajar los precios si a cambio tienen un inquilino más seguro.
Además, trasladan cada vez más su sensación de inseguridad jurídica ante la avalancha de cambios que se han vivido en el alquiler y tienen serias dudas sobre el futuro de su arrendamiento y si será viable seguir poniendo su vivienda en alquiler con las reformas que está proponiendo el Gobierno.
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