Tres tipos de hipotecas

Los tres puntos que debes tener claros antes de contratar una hipoteca

La cuota del futuro préstamo hipotecario, sumada a las mensualidades de los otros créditos que se tengan vigentes, no puede superar el 35% de los ingresos mensuales netos de los titulares.

Pareja firma de un contrato de hipoteca
Pareja firma de un contrato de hipoteca
©[kanachanachitkhamma] a través de Canva.com

La educación financiera es la gran asignatura pendiente del sistema español de enseñanza. En general, al iniciar su aventura en la vida adulta, la mayoría de la población de nuestro país desconoce cómo afrontar un buen número de trámites que, tarde o temprano, deberá llevar a cabo. Algunos se aprenden sobre la marcha, como hacer la declaración de la renta, pero otros, como pedir una hipoteca para comprar una casa, son más difíciles de interiorizar, porque financiar la compra de una vivienda no es una operación que se efectúe periódicamente.

Para arrojar algo de luz sobre el proceso de pedir un préstamo hipotecario, desde el comparador financiero HelpMyCash.com han elaborado un sencillo manual con los puntos que hay que tener presentes antes de tramitar la solicitud. Según sus analistas, el futuro deudor debe calcular si puede permitirse la compra de una vivienda, valorar si le conviene más una hipoteca fija o una variable y visitar varias entidades bancarias para conseguir las mejores condiciones posibles.

Calcula si te puedes permitir una hipoteca

Como es lógico, no hay que comprar una casa si no se puede pagar la hipoteca. Pero ¿cómo se sabe si se cobra lo suficiente? Según HelpMyCash, es tan sencillo como aplicar una sencilla regla: la cuota del futuro préstamo hipotecario, sumada a las mensualidades de los otros créditos que se tengan vigentes, no puede superar el 35% de los ingresos mensuales netos de los titulares.

Por ejemplo, supongamos que un matrimonio quiere adquirir una vivienda y cobra unos ingresos conjuntos de 3.500 euros netos al mes. Si esa pareja ya paga 300 euros mensuales por el préstamo de su coche, la cuota de su futura hipoteca no podrá superar los 925 euros al mes (el 35% de 3.500 euros son 1.225 euros). En caso contrario, tendría poco margen para afrontar imprevistos y correría un serio riesgo de no poder abonar sus deudas.

El solicitante, asimismo, debe contar con un trabajo estable: un contrato indefinido si es asalariado o un negocio con varios años de vida si es autónomo o empresario. También es importante tener dinero ahorrado, porque el banco solo financiará hasta el 80% de la compra de la vivienda. Es necesario, por lo tanto, que el futuro hipotecado disponga de unos ahorros equivalentes al 20% del precio del inmueble, además de un 10% extra para pagar los impuestos y otros gastos asociados a la compraventa (un 30% en total).

Elige un interés fijo o variable en función de tu perfil

También es indispensable decidir qué interés se ajusta mejor al perfil del solicitante: uno fijo o uno variable. Según HelpMyCash, el tipo fijo es más adecuado para clientes que quieren tener todos los pagos bajo control. Como el interés siempre es el mismo, el importe de las cuotas nunca cambia, pase lo que pase con índices de referencia como el euríbor.

Desde el comparador, eso sí, afirman que una hipoteca fija debe tener un interés de en torno al 3% o por debajo para ser competitiva. Aunque ya quedan pocas ofertas con ese precio, todavía pueden encontrarse propuestas con condiciones atractivas. Es el caso, por ejemplo, de la Hipoteca Fija de BBVA, que tiene un tipo desde el 2,05% a 30 años si se domicilian los ingresos y se contratan los seguros de hogar y vida con la entidad.

Hipotecarse a tipo variable, en cambio, supone ligar el interés a un índice llamado euríbor, cuyo valor cambia periódicamente. En estos momentos, su cotización es al alza (más del 2,50%), por lo que es una opción arriesgada. En consecuencia, solo conviene decantarse por esta modalidad si se cree que el euríbor bajará dentro de pocos años y se cuenta con el músculo económico suficiente para pagar unas cuotas más caras si este índice sigue subiendo.

Existe, además, una tercera modalidad: el interés mixto. En este caso, se aplica un tipo fijo durante los primeros cinco, diez o 15 años (depende de cada banco), generalmente más bajo que el de una hipoteca fija, y un interés variable después. Puede ser una buena opción para un cliente que no encuentra un buen préstamo a tipo fijo y que quiere pagar unas cuotas estables y asequibles durante los primeros años del plazo de devolución.

No conseguirás la mejor hipoteca sin negociar

Lo último que hay que tener en cuenta es que pedir la hipoteca solo al banco del que se es cliente no es aconsejable. Y es que es muy probable que la entidad en la que el solicitante tiene sus cuentas no ofrezca las mejores condiciones hipotecarias. Por este motivo, desde HelpMyCash recomiendan tramitar la solicitud en un mínimo de tres financieras.

Los analistas de este comparador, además, aconsejan al cliente que negocie unas mejores condiciones con cada uno de los bancos contactados. Para tal fin, puede presentar ofertas más atractivas que haya obtenido en otras entidades. De este modo, quizás algún banco esté dispuesto a mejorar algún aspecto de su propuesta inicial: reducir el interés, eliminar comisiones o productos asociados, financiar más del habitual 80%...

Esta negociación también puede encargarse a un intermediario o bróker hipotecario, que es un profesional especializado en buscar la mejor hipoteca posible para sus clientes. Contratar sus servicios ahorrará tiempo al solicitante, porque el bróker contactará con muchos bancos a la vez, pero también puede ahorrarle dinero: en general, los intermediarios obtienen unas condiciones mejores que las que pueden conseguirse por cuenta propia.

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