Según Helpmycash

Tres claves para vender la casa después del divorcio y no perder mucho dinero

Lo cierto es que existen formas de cerrar la operación a pesar de ello, pero no son económicamente favorables para ninguna de las partes.

Una vivienda.
Una vivienda.
Imagen de Freepik.

Vender una casa tras un divorcio puede ser una tarea compleja: los desacuerdos entre los ex son bastante frecuentes. En consecuencia, la operación se demora, o incluso se realiza en condiciones desfavorables para ambas partes. Al respecto, los expertos del comparador financiero e inmobiliario HelpMyCash.com explican tres máximas que todos los propietarios deberían conocer si quieren vender la vivienda familiar después del divorcio sin dolores de cabeza.

Llegar a un acuerdo 

Cuando un miembro de la expareja quiere vender su vivienda y el otro se opone, la situación se vuelve complicada. Lo cierto es que existen formas de cerrar la operación a pesar de ello, pero no son económicamente favorables para ninguna de las partes.

Si uno de los cónyuges no está de acuerdo en vender, los expertos del comparador explican que existen, al menos, dos alternativas: vender un porcentaje de la vivienda a una empresa que compre proindivisos o resolver las diferencias en la corte.

La primera opción permite que el cónyuge que quiere vender transmita su parte de la vivienda a una empresa, mientras que el otro miembro de la pareja conserva su porcentaje de titularidad. Sin embargo, la ganancia que se puede obtener en este caso es entre un 35% y un 50% más baja de lo que se obtendría en condiciones de mercado.

Con la resolución en la corte pasa algo similar. Lo que se hace es interponer una demanda de división de la cosa común. En el peor de los casos, esto termina con la venta de la vivienda en subasta pública. También en este caso la ganancia es inferior. En concreto, resulta entre un 20% y un 30% inferior a los precios de mercado.

Por todo esto, desde HelpMyCash aconsejan agotar todas las vías disponibles para llegar a un acuerdo para vender la casa. Si existen muchas diferencias entre los miembros de la expareja, se puede acudir a un mediador.

No firmar contratos sin el consentimiento de la expareja

La venta en condiciones de mercado no puede realizarse sin el consentimiento de las partes. Y es que, avanzada la compraventa, ambos deberán firmar el contrato de arras y la escritura de compraventa. Sin embargo, algunas agencias inmobiliarias permiten que un solo miembro de la pareja firme la hoja de encargo o contrato de intermediación para contratar sus servicios.

Los expertos de HelpMyCash explican que, antes de proceder con la firma, debe tenerse en cuenta una cláusula que está presente en casi todos los contratos: si la inmobiliaria encuentra un comprador y los propietarios se niegan a vender, la agencia tendrá derecho a cobrar sus honorarios. ¿Por qué esto es importante en caso de divorcio?

Porque si una de las partes contrata a la agencia sin el consentimiento de su expareja y, llegado el momento de firmar las arras, este último se niega a seguir adelante con la operación, es muy probable que tengan que pagar los honorarios, aunque la venta no se lleve a cabo. De ahí nace el consejo del comparador inmobiliario: no firmar contratos de intermediación inmobiliaria sin el consentimiento de la expareja.

Pagar los impuestos antes de repartir el dinero

Una vez que la venta se lleve a cabo, conviene pagar los impuestos antes de repartir el dinero entre los miembros de la pareja. Principalmente el IBI y la plusvalía municipal. Al primero lo deben pagar quienes fueran propietarios el primero de enero que, en general, son los vendedores. La plusvalía, por su parte, es un impuesto solidario. Esto significa que, si uno de los cónyuges no paga, el fisco podría reclamar el 100% de la liquidación al otro miembro de la pareja. Por eso, los expertos de HelpMyCash aseveran que conviene saldar las cuentas con Hacienda antes de repartir la ganancia

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