La mala limpieza, falta de espacio y los ruidos son solo algunas de las razones para no compartir piso. La tranquilidad que trae vivir solo es evidente, pero muchas veces hay que escuchar al bolsillo a la hora de tomar estas decisiones.
En los portales inmobiliarios se pueden encontrar pisos recién reformados en la famosa calle de Alcalá en Madrid de dos habitaciones que se ofertan por 850 euros al mes y suponen un esfuerzo de 425 euros por persona. Mientras tanto, los apartamentos diseñados para un arrendatario en esa zona se encuentran en el mismo rango de precios, pero toda la carga monetaria recae sobre una persona.
En el Sur del país ocurre lo mismo. Una búsqueda a través de los portales muestra que una persona debe pagar 600 euros al mes si desea vivir en un estudio en el centro de Málaga, mientras que los pisos compartidos pueden suponer un esfuerzo de 300 o incluso 100 euros mensuales por persona.
Los que estén dispuestos a compartir piso están de suerte porque la oferta de habitaciones en pisos compartidos en las capitales españolas se disparó un 93% en marzo de 2021 frente a las últimas cifras de 2020. Además, el precio de los cuartos bajó un 5% en el mismo periodo. Cuenca, Madrid, Granada y Barcelona son las ciudades donde más se ha alterado la oferta.
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