La pandemia de coronavirus ha evitado que muchos puedan disfrutar de sus segundas residencias desde el primer estado de alarma que inició en marzo del año pasado. Lo cierres perimetrales de comunidades autónomas, provincias o incluso áreas básicas de salud han impulsado a muchos a vender sus inmuebles, y a otros, a buscar ofertas más cerca.
De hecho, algunas personas han emprendido la búsqueda de segundas residencias dentro de su propia provincia. Para esto, los madrileños tienen entre sus opciones la Sierra de Madrid; los que viven en Tarragona, viviendas en Cambrils o Salou; y los que viven en Alicante pueden adquirir un inmueble en la playa de San Juan.
Los que vivan en Guipuzcua y deseen adquirir otra vivienda para pasar algunas temporadas sin infringir leyes pueden mirar los inmuebles que ofrece San Sebastián, Deva, Zumaya o Guetaria. Algunas alternativas para los que residen en Málaga son la Playa de la Malagueta, Ronda y Nerja. En el caso de los habitantes de Navarra, estos podrán fijar sus ojos en propiedades de Olite, Estella o Puente la Reina para hacerse con una vivienda a la que puedan ir sin tener que preocuparse por las restricciones.
Para los interesados, el metro cuadrado en Madrid se vende por 2.181 euros; el de Tarragona, por 1.150; y el de Alicante, por 1.133, según los últimos datos de Tinsa. Asimismo, el precio de esta extensión de tierra en Guipuzcua asciende a los 2.408 euros; el coste en Málaga es de 1.527; y el de Navarra se sitúa en 1.121 euros.
Estos compradores están de suerte ya que los expertos han detectado una tendencia a la baja de la demanda de segundas residencias durante la pandemia, que ha resultado en una reducción de precios. Estas caídas se deben sobre todo a la ausencia de compradores extranjeros, que son los principales clientes de este mercado.
Ahora bien, las segundas residencias tampoco han visto un desplome drástico en sus valores ya que el teletrabajo ha impulsado a muchas personas a intercambiar sus pisos en grandes urbes por casas en las afuera de las ciudades con más espacio y propiedades como terrazas y piscinas, que hacen un 'encierro' más agradable.
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