Baleares, País Vasco y Canarias han arrancado 2021 con subidas en los precios de sus viviendas. El repunte más acusado en las autonomías es del 4% y se ha observado en Baleares. La tendencia al alza obedece en gran parte a la falta de compradores extranjeros, que son los principales clientes de este mercado.
De hecho, la compraventa de viviendas por parte de este grupo cerró 2020 en el 11,3% del total de operaciones (47.500 transacciones), mientras que en 2019 este porcentaje fue del 12,6% del total, según se desprende del estudio 'Radiografía del mercado de vivienda 2020 de un año de pandemia' realizado por el Colegio de Registradores. Por comunidades autónomas, el mayor peso de compra por parte de extranjeros se ha registrado en Baleares (29,6%), Comunidad Valenciana (23,3%), Canarias (22,8%) y Murcia (18,5%).
A nivel de provincia, la recuperación observada en algunos puntos todavía no la logrado compensar las bajadas de precio que propició la Covid durante el primer estado de alarma. Un indicador de esto es que hay once provincias que todavía registran descensos interanuales superiores al 5%, entre las que destacan Palencia y Ourense donde se pueden encontrar 'rebajas' que superan el 10%.
En cuanto a las capitales, la pandemia no ha impulsado cambios en el tablero ya que las zonas más caras para comprar una vivienda siguen siendo San Sebastián, Barcelona y Madrid. En el otro extremo están capitales como Lugo, Soria y Castellón.
En definitiva, las subidas ha marcado la tónica general de los primeros tres meses del año, pero no hay que alarmarse porque estos repuntes se encuentran un 32% por debajo de los máximos alcanzados durante la crisis que sufrió el mercado en 2007. El camino a la recuperación parece que será menos espinoso hasta ahora.
Pero, ¿las condiciones del mercado permiten acceder a una vivienda? El último dato publicado sobre el esfuerzo necesario para comprar un inmueble cifra en 7,3 años de sueldo la renta necesaria para cerrar una transacción. La pérdida de poder adquisitivo por los estragos de la pandemia ha provocado que, en un año y a nivel nacional, aumente en tres décimas el número de años de salario que necesitaría dedicar una familia de renta media para poder adquirir una vivienda también de tipo medio.
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