Cuando una pareja decide dar un paso más en su relación para casarse y convertirse en matrimonio, hay muchos asuntos a tratar, ya que la planificación de la boda implica tener que hacer frente a gastos muy diversos, que van desde el vestido e indumentaria de ambos como el banquete, la bebida, la comida, las flores, el lugar, la peluquería, etcétera.
En aquellos casos en los que la pareja tiene un buen dinero ahorrado, afrontar la ceremonia y todos sus costes asociados puede no resultar un problema, pero en la gran mayoría de las ocasiones es necesario buscar financiación. Esto implica que pedir un préstamo para la boda sea, muchas veces, la única opción de que la boda sea viable.
Sin embargo, hay quienes aseguran que no se debería contraer una gran deuda solo por disfrutar una ceremonia a lo grande, ya que el gasto que se hace en un solo día, el de la fiesta, no puede ser más importante que el resto de experiencias y objetos que quedan por vivir con la otra persona. Dicho de otra manera, es preferible comenzar una vida en pareja estable y saludable, y para ello puede ser necesario optar por una boda más íntima y sencilla, con la que evites endeudarte.
En todo caso, cuando dos personas se plantean celebrar una boda, lo primero que debe realizarse es un presupuesto, en el que se contemplen todos los gastos y los ingresos, así como los objetivos a alcanzar. Para ello es necesario determinar cuándo se va a celebrar y el dinero que se está dispuesto a gastar, siempre en relación con el resto de metas que se tengan fijadas.
Una vez que se ha creado ese presupuesto, es importante ceñirse a él, aunque ello suponga tener que sacrificar algunos deseos o caprichos, ya que siempre será preferible evitar endeudarse y poder disfrutar de una mejor salud financiera.
¿Se debería evitar la boda mientras se tienen deudas?
Teniendo en cuenta lo anterior, es posible que te preguntes si realmente no deberías celebrar una boda mientras tienes deudas, pero todo dependerá de las circunstancias, puesto que es posible que tengas una hipoteca o un préstamo por un vehículo y no quieras esperar años para poder contraer matrimonio y celebrarlo.
Por este motivo, debes saber que puedes enfrentar el gasto de una boda si tu deuda equivale a un 20% aproximadamente de los ingresos anuales de la pareja, pero si estáis altamente endeudados y/o con créditos de consumo, tarjetas de crédito, etcétera, será preferible que antes de casarte trates de saldar gran parte de esas deudas para evitar que tu situación económica se vea aún más afectada.
Asimismo, recuerda que no debéis casaros por presión social, sino que las decisiones se deben tomar tanto por sentimientos como con relación a la realidad financiera actual de la pareja.
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