Endesa obtuvo un beneficio neto de 292 millones de euros en el primer trimestre, lo que supone una caída del 50,8% en comparación con el mismo periodo del año pasado, aunque en línea con los objetivos frente al "extraordinario contexto" de mercado de 2023. La compañía reafirma su compromiso con las previsiones anunciados para el ejercicio en el pasado 'Capital Markets Day'.
Por su parte, el resultado bruto de explotación (Ebitda) fue de 1.079 millones de euros y descendió un 26% respecto al récord histórico del curso anterior. La eléctrica ha explicado en un comunicado que en la evolución del Ebitda se observa la normalización del negocio de generación convencional, en el que se incluye tanto la producción térmica como el negocio de gas, y la aportación positiva del resto de segmentos de negocio. La compañía vuelve a hacer un llamamiento a la mejora y actualización de la regulación del negocio de distribución eléctrica para permitir la Transición Energética.
"La gestión de la situación de volatilidad en el mercado es clave para la sostenibilidad de nuestro negocio y la recuperación de la senda de crecimiento. Nuestra estrategia integrada proporciona protección a nuestro negocio liberalizado, al tiempo que crea valor de forma constante para nuestros accionistas. En el capítulo regulatorio, me gustaría recordar una vez más que una remuneración justa es necesaria para el negocio de distribución eléctrica, que permita incentivar las inversiones. Sin redes bien dimensionadas y resilientes, la transición energética no será posible", ha señalado el consejero delegado de Endesa, José Bogas, en la nota.
Baja el golpe del impuesto extraordinario en seis millones
El beneficio ordinario neto también se redujo un 51% hasta 292 millones, reflejando tanto la tendencia de disminución del Ebitda como el impacto del impuesto extraordinario del 1,2% sobre ventas, al no ser -de momento- deducible. El impacto por el gravamen extraordinario es de 202 millones de euros, seis menos que en 2023. Endesa está implementando una aproximación más selectiva en su política de inversiones. Del total del 'capex' del trimestre, que alcanzó los 412 millones manteniéndose estable respecto a 2023, el 45% fue a redes y otro 26% a renovables.
Según la compañía, la normalización de las condiciones del mercado se ha traducido en una reducción del 53% en el precio promedio de la electricidad en el mercado mayorista, hasta los 45 euros megavatio hora (MWh), incluyendo precios negativos por primera vez en la historia a partir del mes de abril. No obstante, los futuros y los modelos de la compañía apuntan a un precio medio de 60 euros/MWh en el medio y largo plazo. La demanda peninsular del trimestre ha caído el 0,4% (aunque ha crecido un 1,22% corregida por laboralidad y temperatura) debido a las temperaturas suaves, la no recuperación de demanda industrial de sectores como el papelero o el metalúrgico, y las medidas de ahorro y eficiencia.
Cuota del 29% en el mercado libre de luz
La compañía se encuentra en la fase final de la venta del 49% del portfolio solar que tiene en funcionamiento valorado en unos 2.000 millones. De su lado, posee una cartera de clientes en el mercado libre que se sitúa cerca de los 7 millones, otorgándole una cuota del 29% "en una coyuntura de alta competencia", según la empresa. Prosigue además el proceso de simplificación de la estructura comercial para poner al cliente en el centro. La mayor producción renovable elevó en cinco puntos (hasta el 82%) el porcentaje de ventas a precio fijo a clientes. Además, ya ha vendido de antemano el 95% de su producción propia de 2024, el 86% de la de 2025 y el 53% de la de 2026.
Endesa cerró el primer trimestre con un flujo de caja de 167 millones, golpeada por el laudo con Catar, sin el cual esta magnitud se hubiera situado en 700 millones de euros. También tiene pendiente de resolución de otro laudo por el precio del suministro de gas licuado procedente de Nigeria por otros 500 millones de euros. La compañía da por ganado el pleito, pero negocia con el país africano para obtener una solución pactada sin esperar al arbitraje.
En cuanto a la evolución del endeudamiento, la deuda neta se incrementó hasta 11.300 millones por las inversiones y el pago del dividendo a cuenta. La deuda bruta se mantiene estable en 13.800 millones. Todo ello permite a Endesa mantener una ratio de deuda neta sobre ebitda -2,8 veces respecto de las 2,4 de 2023- y de flujo de caja sobre deuda neta del 44%.
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