Descensos en 2022

El mazazo a Visa en bolsa: por qué está ante un momento único de recuperación

La compañía de pagos parece una de los beneficiados por el aumento de la inflación debido a que se está incrementando el volumen de los pagos con tarjeta, impulsados por la digitalización vivida en la pandemia.

Sede global de Visa, en Estados Unidos.
Sede global de Visa, en Estados Unidos.
VISA vía Europa Press
Sede global de Visa, en Estados Unidos.

La volatilidad del mercado ha barrido a compañías de diferentes sectores. Incluso el sector financiero no ha podido resistir a los desbarajustes de la renta variable en Wall Street. En este sentido, hay algunas empresas que pueden sortear las tempestades a largo plazo a pesar de la inflación, el alza de tipos y las caídas en bolsa que han mostrado hasta la fecha.

Un ejemplo podría ser, para algunos expertos, las acciones de Visa, que se han visto muy afectadas por la ola de ventas generalizada del mercado, pero sus beneficios sugieren que la penalización pudiera ser excesiva. “Para los inversores que buscan calidad a un precio razonable, Visa cumple los requisitos”, comentan desde Atlantic Capital en un reciente informe. La caída de este año en la bolsa ha sido casi indiscriminada, haciendo mella sobre empresas buenas y de peor calidad.

 “Visa parece ser una de las primeras, un título que ha caído un 20% desde su máximo histórico en julio de 2021, frente a un descenso del 13% del S&P 500 en el mismo período”, apuntan desde Morgan Stanley en un reciente informe. A los 203 dólares a los que cotiza, las acciones están cerca de los niveles que alcanzaron en enero de 2020, antes de que el crecimiento acelerado de los pagos digitales impulsara las acciones durante la pandemia.

Sin embargo, no ha cambiado mucho para el gigante del procesamiento de pagos. Visa cuenta con un amplio flujo de caja libre, no tiene deuda neta y es una firma que podría cimentar un crecimiento de doble dígito en el futuro previsible. Sus beneficios y guía para el 2023 confirman que esos factores se mantienen, pero Visa parece más barata de lo que ha sido en años. “Es una oportunidad que no se presenta muy a menudo”, comenta la entidad financiera estadounidense.

Pero no es la única. “Simplemente no hay muchas empresas que puedan crecer con el tipo de consistencia que Visa”, dice Ted Bridges, CEO de Bridges Trust, que cuenta con la compañía entre sus 10 principales compañías que tiene en cartera. “Están tan integrados en el mercado, y ahora el riesgo de valoración se ha reducido sustancialmente”, sostiene.

Los vientos a favor en los pagos

Visa se ha convertido en el emisor de tarjetas crédito, débito y otros pagos electrónicos dominante en el mundo. Su red conecta a consumidores, empresas e instituciones financieras, lo que facilita la autorización, compensación y liquidación de más de 10 billones de dólares en cientos de miles de millones de transacciones anuales.

Es un negocio envidiable, con economías de escala, y amplios márgenes de beneficio. La empresa generó ingresos por 29.300 millones de dólares durante su año fiscal del 2022, que finalizó en septiembre, y obtuvo 16.000 millones de beneficio neto, con un margen del 55%. El flujo de caja libre fue de 17.900 millones de dólares, que representa un enorme margen del 61%.

También es un productor rápido y estable: las ventas han aumentado un 11% anual durante la última década, mientras que los beneficios por acción crecen sobre el 17%. “Es una compañía con mucha solidez”, dice Lisa Ellis, analista de MoffettNathanson, que señala que en un entorno macroeconómico y geopolítico altamente incierto, un poco de previsibilidad debería ser un consuelo para los inversores. La experta considera que la empresa puede tener potencial del 28% sobre los niveles actuales en bolsa.

Las acciones se han visto abrumadas por las preocupaciones en 2022, aunque algunas podrían ser exageradas, según algunos analistas. La inquietud sobre la posibilidad de que llegue una recesión a Estados Unidos y a muchos mercados desarrollados han repercutido negativamente a las acciones, pero la historia muestra que Visa siguió creciendo incluso durante la crisis financiera del 2008. 

“La legislación propuesta en el Senado impondría los requisitos sobre las tarjetas de crédito para promover la competencia entre las redes de tarjetas, pero las probabilidades de aprobación parecen escasas y el impacto potencial debería ser manejable, del orden del 2% de los ingresos”, estima Ellis.

Más problemático es el efecto de la fortaleza del dólar, ya que Visa genera alrededor del 55% de sus ingresos fuera de Estados Unidos. Su previsión para el año fiscal del 2023 supone un viento en contra por la conversión de divisas. “A pesar de ello, el crecimiento de los ingresos debería ser de un dígito simple, pero alto”, destaca la experta.

Wall Street todavía ve un aumento de sus beneficios del 11% para 2023 y del 17% para el 2024. “Las recompras de acciones, que han promediado alrededor del 3% de las acciones en circulación al año, deberían ayudar, al igual que un repunte más rápido en los viajes internacionales, que podría hacer que las transacciones transfronterizas pasaran al 23% de las ventas antes de la pandemia”, comenta el equipo de Morgan Stanley.

“El crecimiento a largo plazo debería seguir siendo fuerte a medida que el uso de liquidez disminuye, a favor de las tarjetas”, analiza Ellis. A nivel mundial, alrededor del 45% de las compras de los consumidores se realizaron a través de redes de tarjetas en 2021, frente al 41% del pandémico 2020 y el 27% que se realizaba una década antes.

Ese porcentaje podría aumentar, aún más, a medida que la penetración en América Latina, Medio Oriente y África, que aún están por debajo del 35%, sigue creciendo. En total, Ellis pronostica alrededor de cinco puntos de crecimiento del uso de tarjetas próximamente. “Ese es un poderoso viento de cola en toda la industria para Visa y sus rivales por igual”, termina.

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