Ya no prevé una fuerte subida del paro en 2021

El BdE diluye el riesgo de una transición masiva desde los ERTE a la lista del paro

Mejora levemente sus expectativas de crecimiento para este año, del 6% al 6,2%, aunque cree que no se ha solucionado la amenaza de un repunte de las insolvencias empresariales cuando se retiren las ayudas.

El levantamiento de las restricciones a la actividad ha mejorado las expectativas para España-
El levantamiento de las restricciones a la actividad ha mejorado las expectativas para España-
EFE / Manuel Bruque
El levantamiento de las restricciones a la actividad ha mejorado las expectativas para España-

El Banco de España considera que todavía es pronto para conocer de forma fehaciente los daños estructurales que la pandemia ha podido infligir sobre el tejido empresarial o sobre las expectativas de empleo de los trabajadores españoles, pero cada vez tiene más claro que el golpe del coronavirus no se va a traducir en el 'shock' de empleo que en algún momento se temió y que la tasa de paro no se irá mucho más allá de dónde se encuentra ahora, en el entorno del 15%. La última actualización de sus previsiones sobre la economía española que ha difundido este lunes el Banco de España descarta la posibilidad de que la tasa de paro se dispare hasta el 17% este año, como la institución previó el pasado mes de febrero, y refleja una evolución mucho más plana de la misma desde el 15,5% de 2020 a un 15,6% este año.

El director de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce, ha atribuido este ajuste en sus previsiones de evolución del desempleo, por una parte, a la positiva evolución de la reducción de trabajadores en situación de ERTE que se ha visto en los últimos meses y que ha llevado esa 'bolsa' hacia el entorno del medio millón de trabajadores - solo en los diez primeros días de junio se redujo en 72.000 - en puertas de la jornada turística estival, que debería provocar otra reducción importante en ese registro; y, por otra, por la extensión del instrumento hasta septiembre, que tiene un efecto estadístico importante en la tasa anual del paro al mantener 'ocupado' a un núcleo de cientos de miles de trabajadores. Pero lo ha atribuido también a la evolución negativa de la población activa y a la mejora de las expectativas en el mercado laboral gracias a la mejora general de las expectativas de la economía española.

La evolución del proceso de vacunación y el levantamiento de las restricciones a la actividad económica en las diferentes comunidades autónomas que ha traído consigo han despejado de forma significativa el panorama de la economía española, a juicio del Banco de España, que ha retocado al alza tanto la previsión de crecimiento de la economía para este año, del 6% al 6,2% - todavía por debajo del 6,5% previsto por el Gobierno- , como sobre todo la del año que viene, del 5,3% al 5,8%. Curiosamente, esa mejora no vendrá de un recuperación vigorosa de nuestra industria más dinámica, el turismo, cuyo rendimiento el Banco de España no ha variado en exceso, ya que continúa pensando que la campaña apenas arrastrará un 50% de los visitantes registrados en 2019. Vendrá de la recuperación del consumo de los hogares, que como ya ha estudiado la institución ha generado en los últimos meses una bolsa importante de 'ahorro forzoso', que la entidad entiende que se drenará en los próximos dos-tres años, con una afectación importante en lo que queda de 2021. 

Como en el resto de estimaciones realizadas, Óscar Arce ha advertido que están sujetas a un nivel de incertidumbre no pequeño y en el campo del consumo de los hogares especialmente, porque la entidad entiende que existe la posibilidad de que los españoles no empleen ese ahorro forzoso acumulado con la alegría esperada, bien por una política de cautela bien porque crean que el nivel de deuda pública al que ha llegado España va a traer una política de subida de impuestos y prefieran ahorrar para atender esa eventual mayor exigencia fiscal por parte de las autoridades.

Con todo, el Banco de España aprecia una aceleración progresiva de la actividad desde el pasado mes de marzo, que se habría acelerado según ha ido avanzado el segundo trimestre y que puede marcar un potente incremento trimestral del 2,2%, según ha estimado el organismo. En el primer trimestre del año la economía se contrajo un 0,5%, según la estimación avanzada por el Instituto Nacional de Estadística.

Bajo estas premisas, y si la amenaza de rebrotes del virus no se concreta, la institución considera que la crisis pandémica se podría saldar con un paréntesis de tres años para el crecimiento de la economía española, que recuperará sus niveles de capacidad de producción, ocupación e inversión anteriores a la crisis a finales del año 2022. Óscar Arce ha destacado no obstante que existen riesgos no externos que todavía no se han resuelto como la posibilidad de que se produzca un repunte de las insolvencias empresariales en el momento en que el Gobierno levante el auxilio asistido que a base de gasto público ha prestado a la economía y que podría traducirse en el peor de los casos en empresas quebradas, más desempleo y, en última instancia, un deterioro de la posición de capital de las instituciones financieras. En este sentido, ha vuelto a demandar una modificación de la normativa concursal para facilitar la continuidad en la actividad a las empresas viables y el cierre de las que no lo sean.

El quebradero de cabeza de la política fiscal

El Banco de España no ha perdido la oportunidad de recordar al Gobierno por enésima vez la necesidad de perfilar las líneas maestras de un plan general de consolidación fiscal, que permita devolver en un plazo razonable las cuentas públicas a una situación de equilibrio, aunque éste no empezara a aplicarse hasta que la recuperación estuviera consolidada. La institución ha señalado que las expectativas sobre el comportamiento del déficit público en 2021 han empeorado en los últimos meses pese a la mejora de la situación económica debido principalmente a dos factores: la prolongación de determinadas medidas de protección como los ERTE, que van a incrementar la factura para el erario público del escudo social por encima de los 22.000 millones de euros en 2021; pero también por una previsión menos optimista de ingresos respecto a algunas de las medidas fiscales habilitadas por el Gobierno para este año. En conjunto, el Banco de España considera que el déficit cerrará 2021 en el 8,2%, por encima del 7,7% previsto en febrero.

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