La CNMC exonera a las pequeñas eléctricas de presunta manipulación del mercado

La Dirección de Energía de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha exonerado de una posible sanción a las comercializadoras de electricidad expedientadas en marzo del año pasado por una posible manipulación o tentativa de manipulación del mercado mayorista. En concreto, ha resuelto que ninguna de ellas es responsable de la infracción por la que se le estaba investigando, con excepción de Neuro Energía y Gestión, para la que propone una sanción de 1,08 millones de euros.

La propuesta de resolución, a la que ha tenido acceso La Información,  señala que se procede al archivo del procedimiento. Todas las alegaciones de las empresas apuntan a Neuro Energía y, según el documento, esta es responsable de una infracción grave del artículo 65.31 de la Ley 24/2013, de 26 de diciembre, del Sector Eléctrico, como consecuencia de la manipulación del mercado intradiario continuo entre el 23 de agosto de 2022 y el 15 de marzo de 2023. 

Holaluz ya avanzaba en sus cuentas de 2023, remitidas la semana pasada al BME Growth, que las comercializadoras saldrían intactas.  "La sociedad y sus asesores legales consideran que este proceso no va a prosperar y en consecuencia no se ha registrado ninguna provisión", señala la empresa, al abismo del preconcurso de acreedores si no logra financiación. Fue el 24 de marzo de 2023 cuando la compañía que dirige Carlota Pi recibió notificación de la resolución de la Dirección de Energía de la CNMC mediante la que se acordó incoar, junto con otras 34 sociedades, un procedimiento sancionador por presunta manipulación o tentativa de manipulación del mercado mayorista de energía.

Un robot enviaba las ofertas a Francia de manera automática

La investigación, adelantada en su momento por El País, se debió bajo la sospecha de que estas compañías se estaban aprovechando presuntamente del mecanismo aprobado por el Gobierno para rebajar los precios en el mercado mayorista eléctrico y abaratar la factura de la luz, actuando así de forma concertada para comprar electricidad a un precio favorable en el mercado español y luego venderla a un precio más alto en el mercado francés, lo que supondría una infracción "grave" del artículo 65.31 de la Ley del Sector Eléctrico, conforme a lo establecido en el reglamento europeo de 2011 sobre la integridad y la transparencia del mercado mayorista de la energía. No obstante, todas las empresas afectadas alegaron que tenían subcontratada la preparación, presentación y gestión de ofertas transfronterizas con Neuro Energía, por lo que estas no daban instrucciones sobre los términos o condiciones de las ofertas ni intervinieron en la operativa. 

Neuro Energía utilizaba así el certificado digital de agente de mercado del resto de comercializadoras y ofrecía un servicio automatizado de operaciones en el mercado con las unidades de sus clientes para mejorar la rentabilidad en los mercados intradiarios. Tolas las expedientadas aseguran desconocer la forma de operar de Neuro Energía e indican que no se les puede imputar una actuación coordinada entre todos los agentes. Los propios informes del operador del mercado Omie recogían que las peticiones se realizaban desde una misma IP, cuestión que posiblemente se daba a que todas las comercializadoras operaba y trabajaban con Neuro Energía como consultor. 

Fuente del sector explican a este medio que con la 'excepción ibérica', hubo unos meses en los que el precio del mercado español era mucho más barato que el francés y que salía muy rentable comprar energía en España y vendérsela a Francia. En ese momento fue mucho más visible el potencial negocio y Neuro Energía ofreció a muchas comercializadoras su 'software'/robot para que consiguieran negociar en esos mercados. Las comercializadoras fijaban el precio al que querían vender y la cantidad de energía, mientras que Neuro Energía trataba de que la oferta de la comercializadora llegara la primera. Si conseguía que les aceptaran la oferta, se repartían el beneficio al 50%.

El procedimiento para saber que empresas podían hacer negocio era por orden de llegada. El mercado abría y las que primero negociaban iban cogiendo la capacidad del cable de la interconexión España-Francia hasta agotarla. En este sentido, el robot hacía la oferta automáticamente lo más rápidamente posible para ser los primeros en negociar nada más abrir los mercados. Por su parte, cualquier otra comercializadora que intentara ofertar 'a mano' a través de una persona como se hace habitualmente en el mercado español (diario, intradiario, etc.), no conseguía llegar a tiempo.

Al conseguir que más de una treintena de comercializadoras ofertaran a través de su robot, Neuro Energía pudo realizar una práctica para mejorar las posibilidades de éxito en la negociación. El robot enviaba muchas órdenes de compra-venta de energía a Francia, algunas con intención de negociar y otras simplemente con la de ocupar espacio temporal para intentar que las buenas llegaran en el momento adecuado de apertura de mercado, señalan las mismas fuentes. Las órdenes sin intención de negociar eran de muy poca energía y a un precio al que los franceses no estaban dispuestos a comprar.

Omie tenía limitadas las órdenes que una sola comercializadora podía enviar por segundo o franja de tiempo y, en consecuencia, una sola comercializadora tenía muchas menos opciones de éxito que el software de Neuro Energía, y de ahí la sanción impuesta por Competencia. Competencia estima en casi siete millones de euros el beneficio de Neuro Energía a través de este sistema de retribución a éxito en virtud obtenía la mitad de las ganancias por la participación en el mercado intradiario. Ahora compete a la Sala de Supervisión Regulatoria resolver de manera definitiva el procedimiento.

Otra investigación por presuntas prácticas anticompetitivas

Poco meses después, en junio, la Dirección de Competencia de la CNMC confirmaba también que estaba investigando posibles prácticas anticompetitivas en los mercados de instalación de equipos y prestación de servicios de medida eléctrica, de comercialización de energía eléctrica y de prestación de servicios energéticos y de instalación y operación de autoconsumo en España. Entre el 24 y el 28 de abril y entre el 19 y 23 de junio, el regulador inspeccionó las sedes de Endesa y Naturgy, a raíz de múltiples denuncias recibidas sobre la presunta existencia de prácticas anticompetitivas en los citados mercado.

El organismo que preside Cani Fernández señaló que en caso de confirmarse las prácticas anticompetitivas, constituirían una infracción de los artículos 2 (abuso de posición de dominio) y/o 3 (falseamiento de la libre competencia por actos desleales) de la Ley de Defensa de la Competencia. No obstante, matizó que las inspecciones son un paso preliminar en el proceso de investigación de las supuestas conductas anticompetitivas y no prejuzgan el resultado de la investigación ni la culpabilidad de la entidad. Las citadas prácticas podrían considerarse una infracción muy grave de la ley de competencia, con multas de hasta el 10% del volumen de negocio total de las empresas infractoras en el ejercicio inmediatamente anterior al de imposición de la multa.