Día de la Mujer. "Vivimos un monopolio de hombres jefes y eso tiene que cambiar"

    • Fue la primera mujer ejecutiva de una gran compañía de telecomunicaciones en Europa, un mundo de corbatas.
    • Ahora, María Victoria Hernández lleva a cabo una implacable lucha para que la mujer "pueda llegar a donde quiere llegar".
Las mujeres directivas siguen siendo minoría
Las mujeres directivas siguen siendo minoría

"Cuando yo empecé éramos unos cuantos señores y yo... y me decía: bueno, pues me voy a tener que aprender las alineaciones del Manchester, del Paris Sant Germain…", cuenta divertida María Victoria Hernández.

Formada en la Politécnica de Barcelona, esta ingeniera se convirtió, en 2001, en la primera mujer presidenta ejecutiva de una gran compañía de telecomunicaciones en Europa, Uni2. Una mujer en un mundo de corbatas. Su trayectoria, impecable, estuvo siempre ligada al área de las nuevas tecnologías. Primero en el operador británico BT, encargándose de la estrategia de negocio para Europa, después en el operador paneuropeo GTS, donde llegaría también a ser directora general de su filial francesa. En 2006, fue elegida vicepresidenta para el sur de Europa del grupo Telindus, una de las grandes empresas internacionales de ingeniería de redes y telecomunicaciones.

Afirma rotunda, en cambio, que para llegar hasta ahí no hay más secreto que el "talento y miles de horas de trabajo". "Nunca un enchufe". Y también descarta haberse sentido alguna vez discriminada por el hecho de ser mujer. "Es verdad que antes, cuando llegaba a una reunión, mis colegas se sorprendían y me miraban como diciendo, ¿pero esta sabrá de lo que va a hablar? Pero te puedo asegurar que eso duraba 30 segundos".

Desde hace años, lleva en cambio una lucha implacable contra las piedras que una mujer, por el hecho de serlo, pueda encontrarse en el camino. Las dificultades que le impiden llegar a donde quiere llegar. Esta preocupación la llevó a involucrarse personalmente en dos iniciativas internacionales dedicadas a fomentar la presencia de mujeres directivas. A través de Global Board Ready Women e International Board han puesto en marcha una base de datos de curriculums de mujeres con capacitación específica para determinados puestos de trabajo, a la que pueden acceder todas las empresas.

Una idea surgida después de que tanto Victoria como otras compañeras de profesión se diesen cuenta de que la mujer tenía también en ocasiones, reticencias a dar un paso definitivo en su carrera profesional. "Muchas veces, no nos hacemos muy visibles, nosotras mismas pecamos de excesiva modestia", lamenta.Cuotas para los consejos de administración

La inquietud la llevó recientemente a hacer un llamamiento a través de la plataforma change.org en el que se reclama la aprobación de una cuota obligatoria del 40 por ciento en los consejos de administración de las grandes empresas europeas, un objetivo a alcanzar en los próximos cinco años. Por el momento, la petición lleva 80.000 firmas, pero su objetivo es llegar a los 100.000, un "número redondo", dice Victoria satisfecha.

La reclamación está dirigida al presidente del Gobierno, a la ministra de Empleo, Fátima Báñez, al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk y a la primera ministra de Letonia y presidenta de turno de la Unión Europea, Laimdota Straujuma. El próximo lunes, la cuestión será debatida en el Consejo Europeo de Empleo, Política Social, Sanidad y Consumidores (EPSCO) en Bruselas, con cuyos representantes prevén también mantener un encuentro.

Las cifras lo avalan: las mujeres representan menos de un 20% de los consejos de administración de las principales empresas europeas, pese a que son más del 60% de estudiantes universitarias.

Hace año y medio, la Comisión y el Parlamento Europeo dieron luz verde a una norma que sería de obligado cumplimiento para los países miembros y en la que instaba a alcanzar ese porcentaje de mujeres en sus consejos de administración para 2020. Sin embargo, esta directiva sigue pendiente de aprobación por parte del Consejo Europeo, paso esencial para su implementación definitiva, lastrada por una historia de desacuerdos entre los países. El último, el pasado diciembre, cuando no se consiguió lograr un "sí" conjunto.

La oposición la lidera el bloque de Reino Unido y Alemania-país que, en cambio, aprobó esta semana una ley que obliga a las grandes empresas a contar con al menos un treinta por ciento de mujeres en sus consejos de administración. Otros, comoCroacia, Dinamarca, Eslovaquia, Estonia, Hungría y Países Bajos, oponen sus reticencias. España la apoya, aunque reclamando una mayor flexibilidad a la hora de imponer sanciones por incumplimiento.El tiempo también corre en contra. El pasado 25 de noviembre, un grupo de presión denominado "Business Europe", y formado por varias empresas, propuso a la Comisión que retirase la iniciativa y no impusiese las cuotas de forma obligatoria. Un nuevo escollo para retrasar, aún más, su aprobación.

"Es un tema que nos afecta a todos, no sólo a las mujeres", afirma Victoria, "Cuando veo los comentarios, te diría que hay tantos hombres como mujeres que están firmando. Hay una concienciación de que es un tema de sociedad, porque muchos hombres están preocupados por sus hijas. Dicen, quiero que tenga las mismas oportunidades…"

El primer paso pasa por derribar ideas pre-establecidas. "Esta semana, por ejemplo, se publicó el informe PISA que decía que la mujer es mejor en lectora y los hombres en cuestiones técnicas… Creo que es importante retirar del discurso este rol de estereotipos. Tenemos que mentalizar a nuestras hijas de que lo pueden hacer igual de bien en matemáticas que un chico, y a la inversa, que los chicos pueden ser excelentes en lectura. Tenemos que intentar que la sociedad elimine estas barreras preconcebidas".Bombillas en la maleta

"Es una cuestión de sentido común. Si la mujer es quien toma las decisiones que afectan a la economía familiar en el ochenta por ciento de las familias, ¿Cómo es posible que muchas empresas, que van dirigidas también al consumo, no tengan ni a una mujer en sus órganos de decisión?", se queja esta directiva, que, tras años de experiencia, aprecia aún una "situación de monopolio".

"Si nos fijamos en los altos puestos ejecutivos veremos que hay una representación de mujeres limitadísima, hay mucha gente que me comenta… está también el tema de los salarios, del posicionamiento de la mujer dentro de la empresa… pero siempre digo lo mismo: la mejor forma de cambiar las cosas es hacerlo desde arriba".

Es consciente, no obstante, de que la cuestión de las cuotas genera polémica y opiniones encontradas. Ella las defiende como un mecanismo que permita lograr lo que no se consigue de forma natural. "No se trata de rellenar por rellenar. Claro que estamos hablando de que tiene que ser una mujer con competencias. Pero tiene que dársele la posibilidad de poder llegar si quiere hacerlo", subraya, "Lo ideal sería que el mercado se regulase solo, pero hemos visto, que, después de muchos años, todo sigue exactamente igual". Un ejemplo son las empresas del Ibex-35, "donde solamente 10 o 12 mujeres tienen una mujer en su consejo".

A veces, en cambio, tras muchos esfuerzos para lograr una propuesta para un puesto directivo la mujer se ve obligada a renunciar a él. Condicionadas, de nuevo, por los roles que la llevan a dedicarse con más intensidad a las ocupaciones domésticas, al cuidado de los hijos y familiares, son muchas las que descartan escalar puestos de responsabilidad. La conciliación sigue siendo asignatura pendiente para los gobiernos. Victoria las anima a que no se cierren puertas. "Es cierto que es así, pero yo también he pasado por eso y te puedo asegurar tenemos una capacidad de organización y logística impresionante. Yo llevaba los móviles del pescadero, el carnicero… mi maleta era un caos total para los aduaneros, porque si me faltaba una bombilla en casa, pues me la compraba antes del viaje", cuenta entre risas.

Los avances tecnológicos han permitido hacer las cosas mucho más fáciles. "Ya no hay excusas. Hace años, tenías que estar en el despacho para atender hasta a las llamadas telefónicas, pero ahora, con Internet, puedes volver a casa a las seis de la tarde, ocuparte de tus hijos, y dedicar después unas horas a contestar correos… puedes incluso participar en reuniones a través del ordenador. La tecnología ayuda muchísimo, y se debe abrir aún más".

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