Investigan en EEUU tiroteo en universidad que dejó 10 muertos

  • Un hombre taciturno, solitario y contrario a la religión: así describían el viernes vecinos y familiares al autor del ataque que dejó el jueves 10 muertos -entre los cuales el tirador- y diez heridos en una universidad del noroeste de Estados Unidos, aunque sus motivos todavía eran un misterio.

"Es demasiado pronto para decir cuál era su motivación" al ingresar al campus del Umpqua Community College en Oregon y dispararle a la gente, declaró el viernes el comisario del lugar, John Hanlin.

Hanlin se negó a decir el nombre del tirador, que murió en un intercambio de disparos con la policía.

"No quiero glorificar al tirador", sostuvo.

Según los medios estadounidenses se trataba de Chris Harper Mercer, de 26 años.

Es uno de los 10 fallecidos, de acuerdo al reporte de la Policía. Otras diez personas resultaron heridas, según un balance actualizado el viernes por el hospital local.

Hanlin indicó que el atacante fue abatido por la policía porque estaba "armado hasta los dientes" y le disparaba a los agentes.

La policía recuperó 13 armas del atacante, todas compradas legalmente, se informó el viernes en rueda de prensa.

"Por ahora hemos recuperado 13 armas. Seis fueron recuperadas en el colegio y siete en la residencia del atacante", dijo Celinez Nunez, una agente de la Agencia estadounidense de Alcohol, Tabaco, Armas de fuego y Explosivos.

Añadió que también se recuperaron un chaleco antibalas, cargadores y municiones.

El comisario no confirmó los testimonios acerca de que el atacante había preguntado a los estudiantes si eran cristianos antes de dispararle, uno a uno, a los que respondían que sí.

Según un hombre cuya hija resultó herida, el agresor ordenó a los estudiantes ponerse de pie si eran cristianos, antes de abrir fuego. "Decía: 'Bien, porque si eres cristiano verás a Dios en un segundo'", señaló Stacy Boylan a la cadena CNN.

En medio del pánico, los estudiantes de esta universidad se protegieron como pudieron.

Pero uno de ellos, un ex integrante del Ejército, Chris Mintz, enfrentó al atacante. "Intentó bloquear la puerta para impedir el ingreso del tirador, recibió tres balas, cayó al piso, miró al tirador y le dijo 'hoy es el cumpleaños de mi hijo'. Y recibió dos disparos más", contó Wanta Mintz.

"Parece tratarse de un hombre joven enojado, lleno de odio", dijo un policía al diario The New York Times.

Botas militares, pantalón militar y camiseta blanca: todos los días se vestía de la misma forma, contaron vecinos al periódico, describiéndolo como un joven ansioso y taciturno que vivía junto a su madre.

"No era un tipo de persona muy amistosa", declaró una vecina, Bronte Hart. "No quería tener nada que ver con nadie".

Pero su media hermana, Carmen Nesnick, dio una imagen totalmente distinta, en declaraciones a la cadena CBS: "Siempre colocaba a los otros antes que él. Quería que todo el mundo fuera feliz", contó, asegurando que no estaba contra la religión y que su familia era cristiana.

Chris Harper Mercer había nacido en el Reino Unido antes de mudarse, de niño a Estados Unidos, indicó.

El padre del atacante, Ian, se declaró conmocionado y evitó hablar con los medios.

Un perfil de internet atribuido a Mercer lo describe como "no religioso, pero espiritual".

La foto del perfil muestra a un hombre de cabeza rapada y complexión mediana, que se presenta como "amante, conservador, profesional, intelectual, introvertido".

En la noche del jueves decenas de personas se reunieron en el tranquilo pueblo rural de Roseburg, a una decena de kilómetros de la universidad, en una vigilia para orar, en muchos casos entre lágrimas, por los fallecidos y heridos.

Los tiroteos en las escuelas son una triste realidad en la vida estadounidense, y muchas instalaciones han sido reforzadas en los últimos años, en particular después del sangriento ataque a la escuela elemental de Sandy Hook (Connecticut, noreste), en 2012.

En ese incidente, 20 niños y seis adultos resultaron muertos en un ataque perpetrado por Adam Lanza, de 20 años.

La considerada la peor masacre de la historia del país en tiempos de paz ocurrió el 16 de abril de 2007, cuando un estudiante de 23 años de origen coreano mató a 32 personas y se suicidó en el campus de la universidad de Virginia Tech, Blacksburg (Virginia, este).

Tras la tragedia, el presidente Barack Obama, visiblemente irritado, pidió nuevamente establecer controles a las armas.

"De alguna forma esto se ha tornado rutina", dijo Obama, con rostro duro, llamando nuevamente al Congreso a legislar sobre la utilización de las armas de fuego. "No puede ser tan fácil para alguien que quiere dañar a otros acceder a un arma".

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