Rajoy recuerda que el asesinato de Blanco supuso un golpe mortal contra ETA

Rajoy recuerda que el asesinato Blanco supuso un golpe mortal contra ETA
Rajoy recuerda que el asesinato Blanco supuso un golpe mortal contra ETA

"El Espíritu de Ermua marcó un antes y un después la lucha contra el terrorismo. Las víctimas del terrorismo merecen el apoyo, el esfuerzo y todo lo que podamos hacer por ellas". Así se ha pronunciado el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el homenaje organizado por el PP en el 20 aniversario del secuestro y asesinato del concejal 'popular' en Ermua (Guipúzcoa), Miguel Ángel Blanco, a manos de la banda terrorista ETA.

Además, Rajoy ha asegurado que con la "memoria" de Miguel Ángel Blanco defienden los derechos de las personas. "Repudiamos como siempre hemos hecho y vamos a seguir haciéndolo en el futuro, aquellos que pretenden liquidar lo más importante que tienen los seres humanos, que es la vida y sus derechos como ciudadanos", ha concluido.

El presidente ha estado acompañado en la sede nacional del PP en Madrid por los miembros del Comité de Dirección del PP; por el presidente nacional de Nuevas Generaciones, Diego Gago; así como por el Comité de Dirección de Nuevas Generaciones.▶️ Con el recuerdo y la memoria de #MiguelAngelBlanco defendemos los derechos de las personas @MarianoRajoy #20AñosMAB pic.twitter.com/Pph3G2omex— Partido Popular (@PPopular) 10 de julio de 2017

En el acto se ha desplegado una lona en la fachada de la sede nacional del PP con la imagen de Miguel Ángel Blanco y se ha guardado un minuto de silencio en su honor.

Miguel Ángel Blanco fue secuestrado por ETA el 10 de julio de 1997. Sus captores intentaron utilizarle para chantajear al Gobierno reclamando el acercamiento de presos etarras, si bien finalmente lo mataron al finalizar el plazo de 48 horas que la banda había dado para que el Ejecutivo accediera a reagrupar sus presos.Reivindicado en Egin

Murió la madrugada del 13 de julio. En un comunicado publicado por Egin el 15 julio de 1997, ETA asumió la autoría del secuestro y posterior asesinato del Concejal del PP Miguel Ángel Blanco Garrido. “La acción armada llevada a cabo por nuestra Organización se enmarca dentro de la campaña a favor de los derechos de los presos políticos vascos y como medida de presión al Gobierno español del PP para que ponga fin a la estrategia de exterminio contra los luchadores vascos que retiene en su poder.[…] A la hora de afrontar el sentir mayoritario de la sociedad vasca en torno a la reivindicación de Presoak Euskal Herrira, y ante el arresto del concejal del PP, el Gobierno ha preferido intentar disimular su cerrazón y ceguera, y diseñar una campaña para, a posteriori, poder aprovecharse carroñeramente del cadáver de Miguel Ángel Blanco, lanzando una caza de brujas sin precedentes contra todo lo que huela a izquierda abertzale.[…]Así pues, la acción contra el concejal del PP se enmarca dentro de la campaña de presión que está llevando a cabo ETA para que el Gobierno, asumiendo sus responsabilidades, inicie cauces de diálogo con los interlocutores designados por el Colectivo de Presos Políticos Vascos. Fue uno de los grandes errores estratégicos de la banda.Del "Espíritu de Ermua" al "Pacto de Estella"

ETA sufrió en 1992 una de las crisis más profundas de su historia. Las detenciones de Bidart, además de dejar a ETA descabezada, abrieron un enfrentamiento entre la propia organización terrorista y el resto de las organizaciones del MLNV, a las que acusaba de indolentes, de confiar todo a la capacidad coactiva de ETA y de simplemente esperar el día en que el Estado cediese a la presión y concediera la independencia.

Para superar la crisis, desde el Aparato Político de ETA dirigido por Miguel Albizu Iriarte se impulsaron procesos de debate tanto dentro de KAS, la estructura que agrupaba al conjunto de organizaciones del MLNV, como dentro de Herri Batasuna, el partido político a través del que se producía la presencia en las instituciones democráticas.

Bajo el férreo control de Miguel Albizu Iriarte, las ponencias que salieron adelante, “Txinaurriak/Hormigas” y “Karramarro/Cangrejo”, en KAS, y “Oldartzen'/Acometiendo”, en Herri Batasuna, supusieron el paso a una fase ofensiva general.

En el plano de la violencia, se llevó a cabo un reparto de funciones destinado a incrementar la presión no ya sólo sobre las instituciones sino sobre la propia sociedad, a través del concepto de “la socialización del sufrimiento”.

ETA quedaba reservada para “el núcleo del conflicto” mientras una nueva estructura vinculada a Jarrai se encargaba de la periferia, constituida por todos aquellos que, sin formar parte del núcleo, se configuraban como un obstáculo para los objetivos de ETA.

En el plano político, el nuevo proyecto pasaba por la “construcción nacional”, actuar de facto como si la independencia fuera una realidad y arrastrar en esa idea a los agentes políticos y sociales soberanistas.

El nuevo modelo táctico impulsado por Miguel Albizu Iriarte supuso la puesta en marcha de una campaña de atentados contra dirigentes y militantes de los partidos políticos constitucionalistas, al tiempo que se buscaba la convergencia con PNV, EA y el sindicato ELA.

Con las acciones terroristas buscaba romper la confrontación entre demócratas y violentos para llevarla a una confrontación entre constitucionalistas e independentistas y la forma de lograrlo se visualizó en julio de 1997, con el asesinato del concejal del PP, Miguel Ángel Blanco Garrido, que generó un abierto y generalizado rechazo no sólo contra ETA y su violencia sino contra todos aquellos que anteponían sus objetivos políticos a la vida de las personas y utilizaban un doble rasero para evaluar los episodios de violencia.

El mundo nacionalista se vio entonces cuestionado por el denominado “espíritu de Ermua” y reaccionó como Miguel Albizu Iriarte esperaba, prestándose a converger con el MLNV en una defensa común de la soberanía, que se concretó, en una entrevista celebrada en Bruselas, en enero de 1998, entre el entonces eurodiputado del PNV, Josu Jon Imaz San Miguel, y dos miembros de ETA, uno de los cuales se cree que era el propio Miguel Albizu Iriarte.

En esta reunión se pusieron las bases para un pacto que se suscribió en agosto de ese año por ETA, el PNV y EA, en el cual ETA declaraba una tregua a cambio de poner en marcha un frente soberanista que excluía cualquier acuerdo con los partidos políticos constitucionalistas y que tenía como objetivo la independencia. Un mes después, en septiembre de 1998, con el impulso de PNV, EA y Herri Batasuna, dicho pacto se trasladaba a los agentes políticos y sociales vascos a través del “Pacto de Estella”.

Y fue en la primavera siguiente, en mayo de 1999, cuando Miguel Albizu Iriarte, acompañado de Belén González Peñalba, mantuvo una reunión en Zúrich con tres representantes del presidente del Gobierno, José María Aznar, en la que no se alcanzó ningún acuerdo, ya que los interlocutores de ETA reclamaban el reconocimiento de la autodeterminación.

Ante la negativa de PNV y EA a secundar nuevas iniciativas, en julio de 1999, ETA decidió romper la tregua, aunque lo mantuvo en secreto hasta noviembre de ese año, y dio paso a una campaña de atentados encaminada a agudizar las tensiones y conflictos entre nacionalistas y no nacionalistas en el País Vasco, intentando buscar el acuerdo con los primeros y asesinando a los dirigentes políticos de los segundos.

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