La burbuja inmobiliaria amenaza ahora a China

  • China va a contracorriente en muchos aspectos, incluso en el mercado inmobiliario. El país sigue experimentando ahora, después de que estallara la burbuja inmobiliaria en países como Estados Unidos o España, un ascenso aparentemente imparable en los precios de las viviendas y edificaciones. Pero mientras algunos chinos están aprovechando el tirón para amasar una pequeña fortuna, el Gobierno central intenta frenar los excesos antes de que la burbuja también les estalle a ellos en la cara.
Skyline de las Torres Pudong junto al río Huangpu (Shangái)
Skyline de las Torres Pudong junto al río Huangpu (Shangái)
Jens Schott Knudsen
Jean Yung | GlobalPost

(Shangái, China). "¿Los extranjeros creen que hay una gran burbuja inmobiliaria en China?", pregunta el señor Cai, un millonario de Shanghái de 46 años que es dueño de tres casas en esta ciudad. Él y su familia viven en un apartamento que compró a finales de la década de 1990 por 6.000 RMB (648 euros) el metro cuadrado. Diez años más tarde, y por el mismo precio, compró una segunda vivienda - una casa de ladrillo y madera de 1950 construida por una universidad cercana para acoger a profesores visitantes soviéticos- donde viven ahora sus ancianos padres.El año pasado, Cai invirtió 20.000 RMB (2.164 euros) por metro cuadrado en una tercera casa, en el distrito central de Xuhui. El precio que pagó fue tres veces mayor a lo que había desembolsado diez años antes por su casa actual.

"Cada año hay más y más chinos ricos. ¿Qué van a hacer con todo su dinero?", se pregunta. "Sólo puedes comprar propiedades o empezar un negocio. La compra de propiedades es la fórmula más segura".

Gracias al rápido crecimiento económico de China, en Shanghái abundan las personas como el señor Cai: empresarios acaudalados y trabajadores de cuello blanco que han amasado más dinero del que pueden invertir. Aparte de colocar su fortuna en cuentas bancarias con intereses muy bajos o de comprar bonos en un mercado volátil, hay muy pocas opciones que les resulten más lucrativas que la adquisición de bienes inmobiliarios.

En el mercado inmobiliario de Shanghái todavía no se ha registrado una crisis grave como la de Estados Unidos o España. Durante los últimos cinco años el precio medio de las propiedades en la ciudad se ha duplicado, hasta llegar a la cifra récord de 14.986 RMB (1.619 euros) por metro cuadrado, según la empresa de información inmobiliaria Uwin Real Estate Information Services. Estos precios superan con creces el crecimiento de los ingresos de la clase media china.

Algunos analistas ven este enorme crecimiento del sector inmobiliario como una burbuja insostenible que supone un gran riesgo para el crecimiento y estabilidad de la economía de China.Además, cuando la gente compra casas como inversión se está desviando capital a áreas menos productivas, generando al mismo tiempo un aumento de los precios para la gran mayoría de chinos que quieren comprar hogares donde vivir.

El pasado mes de noviembre el primer ministro chino, Wen Jiabao, dijo que la especulación inmobiliaria debía desaparecer, y un mes después entraron en vigor medidas de regulación gubernamentales para intentar enfriar el mercado. Entre las decisiones adoptadas figura la anulación de incentivos fiscales a la compra de segundas viviendas. También se ha aumentado el depósito mínimo inicial en la compra de tierras o casas, que ahora es del 50 por ciento.

En cierto modo, las medidas están funcionando. El volumen de transacciones ha caído en picado, pero no los precios.Andy Xie, ex economista jefe para Asia de la banca de inversiones Morgan Stanley, predice que esta burbuja "de origen político" -causada por la presión a los gobiernos locales para que impulsen el desarrollo inmobiliario a fin de sostener el crecimiento económico- podría estallar en 2012. "El mayor riesgo para la economía de China es el deseo de mantener las tasas de crecimiento económico del pasado mediante las inversiones en propiedades, un bien que no es productivo", escribió recientemente Xie en la revista China International Business Magazine.

Como los chinos más ricos invierten su dinero en casas de lujo, hay menos capital disponible para empresas más productivas, según Patrick Chovanec, profesor asociado de la Tsinghua University de Pekín."El Gobierno se enfrenta a un problema clásico", explica Chovanec. "Cuando hay tanta abundancia, lo único que puede hacer el Gobierno es intentar reducir la burbuja lentamente para no crear pánico y que la gente no pierda riqueza de manera innecesaria".

El Gobierno de Shanghái presentó en diciembre planes para facilitar casas a sus ciudadanos más pobres a través de un sistema de lotería.Para poder participar, una familia debe vivir en la actualidad en una casa de menos de 15 metros cuadrados y ganar menos de 2.300 RMB (250 euros) al mes. Las familias que salgan elegidas podrán comprar determinadas casas con un descuento del 40 por ciento respecto a su precio actual en el mercado, teniendo que pagar una cantidad sustancial si deciden revender esa propiedad en el plazo de cinco años.

"El Gobierno empezará a jugar a partir de este año un papel más activo en la construcción de casas de bajo coste. El Gobierno central está enviando una clara señal al local de que no se puede desentender de sus responsabilidades", asegura Remy Chang, socio ejecutivo de la gestora de inversiones CBD Commercial Investment Management en Shanghái.

Pero a medida que el mercado de las casas de protección oficial vaya en aumento, advierte Chang, irán disminuyendo las del mercado libre. "Si asumimos que la demanda no cambia, se producirá una reducción de la oferta en el sector privado, lo que se traducirá en un aumento aún más agudo del precio de las viviendas", apunta.

Mientras tanto, el señor Cai está pensando en mudarse a su nueva casa y poner en alquiler el apartamento donde vive actualmente, que vale ahora cuatro veces más de lo que pagó por él hace 10 años. Sin embargo, según sus cálculos, el retorno de su inversión podría ser increíblemente bajo: tendría que cobrar un alquiler durante medio siglo para conseguir el mismo dinero que lograría poniendo hoy el piso en venta.La posibilidad de una burbuja inmobiliaria no le asusta ni le empuja a vender. "No sé lo que va a pasar en tres o cinco años, pero de aquí a 10 ó 20 años no creo que vaya a perder", dice Cai. "De ningún modo".

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