El problema de los pisos es su precio, no su hipoteca

  • La batalla que libran el sector financiero y los promotores inmobiliarios por dar salida a sus productos no pueden ser más desigual. Sin embargo, el discurso del sector del ladrillo español está vacío, por repetitivo y carente de realismo.
Enrique Utrera

Después de lo de ayer, y además del derecho al pataleo, a los desesperados promotores inmobiliarios españoles sólo les va quedar el recurso de manifestarse en las puertas de las oficinas de los bancos y cajas de ahorros españoles. Todo llegará, no lo duden. En la pancarta, los señores del ladrillo no sólo van a reclamar créditos a las entidades financieras; también que retiren del mercado su ignominiosa –por mala y por desleal- oferta inmobiliaria, que contempla descuentos de hasta el 40%.

Ahora, según los promotores, resulta que estas rebajas aparentemente atractivas que ofrecen las entidades financieras no son necesariamente una buena oportunidad de compra. ¿Porque las viviendas siguen siendo caras? ¡Qué va! El problema es la mala calidad de esa oferta. Y ahora viene lo mejor.

Según la patronal de los constructores y promotores españoles (APEC), una rebaja del 10% como la que ofrecen las inmobiliarias es mucho más satisfactoria, porque el inmueble es estupendo. Da igual que los españoles las puedan comprar o no, o que no las quieran comprar a unos precios que les siguen pareciendo abusivos.

Pero no seamos injustos. Al César lo que es del César: la inmensa mayoría de las presuntas gangas que la banca ofrece son una castaña de mucho cuidado –alguna entidad debería ponerse colorada con los inmuebles que publicita en Internet-, impropias de un mercado inmobiliario moderno. Son, mayoritariamente, activos de dificilísima salida sin descuentos superiores al 50%... y eso con suerte.

Pero a la APEC la delatan unos cuantos cabos sueltos. Lo que no dice es que también los promotores han aplicado recortes suculentos. Recuerden, por ejemplo, el 50% de Metrovacesa en sucesivas campañas durante 2009, o el 25% de descuento medio aplicado por Realia el año pasado.

Por lo tanto, menos lobos y más realismo. No vaya a ser que la conclusión sea que los españoles somos tontos de remate por no comprar productos inmobiliarios de primera con descuentos del 10%, aliviando de paso la tremenda situación financiera de nuestros sufridos promotores.

El falso discurso de los promotores

Se entiende el cabreo –la batalla entre el sector financiero y los promotores para dar salida a sus productos no puede ser más desigual-, pero debería pensarse dos veces la APEC y el sector del ladrillo cada cosa que dicen. Han sido tantos los brindis al sol que el personal no es que ya no se crea nada; es que, sencillamente, no les hace ni caso.

Hace justo un año, la APEC decía que no había margen para pegar un tijeretazo del 30% o el 40% del precio de los pisos. La frase fue de Enric Reyna, el presidente de la patronal en Barcelona. Antes, el entonces presidente a nivel nacional, Guillermo Chicote, se había puesto muy estupendo soltando aquella famosa frase de que"nadie espere que el precio de la vivienda baje un 30% o un 40% porque, antes de eso, se lo regalo al banco".


No le regalaron los pisos, precisamente, se los canjearon por deuda. Y es ese excedente el que ahora quiere colocar y no puede nuestro sistema financiero. Porque aquí está el quiz de la cuestión: no se vende señores. Y que no nos vendan la moto de que el problema es la ausencia de crédito.

Supongo que nadie discutirá que nuestros bancos y cajas sí financian sus propios inmuebles.El problema es que los descuentos aplicados hasta hoy no son suficientes. Ya verán como se amplían de forma significativa antes del verano. Este ajuste duro ya está contemplado en las copiosas provisiones del sector financiero.

Y mientras, los promotores a por uvas, erre que erre con el margen para bajar el precio de las cosas. Como si este país no se hubiese devaluado más de un 10% en los dos últimos años y medio. Más realismo, señores, más realismo, y a coger el toro por los cuernos.

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