Cinco razones por las que no se permitirá saldar la hipoteca con el piso

  • El bombo y platillo que se está dando a la subcomisión del Congreso que estudiará modificar la Ley Hipotecaria puede terminar dando una melodía muy desafinada. Primero, porque el calendario prácticamente impide ningún cambio. Y segundo, porque el impacto en el sistema financiero sería insostenible.
Ruth Ugalde

Desde ayer, el Congreso cuenta oficialmente con una subcomisión cuyo único cometido es estudiar posibles mejoras de la Ley Hipotecaria. Entre otras, la posibilidad de saldar la deuda con la entrega de la vivienda.

El problema es que, detrás de todo el bombo y platillo que se está dando a este grupo, todo apunta que tanto ruido apenas quedará en eso: mucho ruido; pero pocas nueces. Hay cinco razones fundamentales para pensar así:

1-. Tiempo: La subcomisión se ha dado un plazo de seis meses para estudiar las posibles mejoras a la Ley Hipotecaria. Esto significa que deberemos esperar hasta el próximo mes de diciembre para sus conclusiones. ¿Y para convertir estas ideas en reglas? Ahí está el truco. Para cuando este grupo vierta sus primeras ideas, todos los partidos políticos estarán pendientes de elecciones generales, lo que prácticamente paralizará cualquier decisión de calado...o llevará a tomarla en clave electoralista. Dos opciones que, en cualquier caso, hacen muy difícil confiar en que pueda haber un acuerdo. Al menos, en la actual legislatura. Y todos estos plazos, en el supuesto de que se mantenga la cita de marzo de 2012. Si hubiera elecciones anticipadas, definitivamente, esta subcomisión quedaría en agua de borrajas.

2-. Caos financiero: La petición de saldar la hipoteca con la entrega de la vivienda destrozaría todas las emisiones de cédulas hipotecarias de las entidades españolas, que tienen como garantía las actuales condiciones. Por tanto, cualquier cambio en las condiciones de los créditos actuales supondría una debacle para los bancos y cajas, que arrastraría a todos los inversores, nacionales e internacionales, terminaría con la credibilidad del mercado español e, incluso, podría ser el detonante de un rescate de España, ya que los mercados dejarían de confiar en nuestro país, y las cuentas de muchas entidades financieras no podrían soportar este embiste. Justo, los dos puntos débiles de nuestra economía.

3-. Problemas legales: En esta misma línea, los contratos ya firmados tienen muy difícil poder cambiar sus condiciones, ya que se tratan de acuerdos acogidos a la legalidad vigente y firmados con el visto bueno de ambas partes. De hecho, aquí se está produciendo ya una batalla judicial, con sentencias tanto a favor como en contra de las condiciones actuales de estos créditos. No obstante, en este terreno cabe diferenciar entre la posibilidad de modificar aspectos como la claúsulas abusivas, cuyo impacto sería mucho menor en las cuentas de las entidades financieras; y el plato fuerte de todo este debate, la posibilidad de saldar la hipoteca con las llaves de la vivienda, algo prácticamente imposible por todos los motivos citados.

4-. Ya existe: De cara al futuro, es decir, para las nuevas hipotecas, sí cabe la posibilidad de introducir mejoras en la Ley Hipotecaria. El problema es que la normativa actual ya recoge la fórmula de saldar la deuda con la entrega del piso, por lo tanto, aquí tampoco habría ninguna novedad, más allá de pequeños cambios, como obligar a las entidades a ofrecer más esta opción, ser más transparentes a la hora de informar sobre los riesgos que se corren al firmar el modelo tradicional, etc.

5-. Menos financiación y más cara: Cualquier cambio en la Ley Hipotecaria se traducirá en un encarecimiento de la financiación, en línea con el clásico principio económico:"a mayor riesgo, mayor rentabilidad; y a menor riesgo, menor rentabilidad". De este modo, si los futuros propietarias quieren dormir tranquilos, tendrán que pagar esa seguridad. Esto se traduce en créditos de menor cuantía -en vez de financiar el 100% o el 80% de la vivienda se concederá un crédito por el 50% o 60% del valor del inmueble- y con peores condiciones, es decir, con tipos más elevados, que permiten a las entidades cubrirse las espaldas, ya que al conformarse con la vivienda como única garantía, están asumiendo un mayor riesgo y, por tanto, pedirán a cambio mayor rentabilidad.

Estos cinco puntos llevan a pensar que, en el supuesto de que la subcomisión tenga tiempo de llevar a buen puerto sus ideas, algo ya bastante difícil, éstas apenas tienen margen para cambiar, sobre todo, en lo que se refiere al plato fuerte de esta reivindicación: la posibilidad de saldar la hipoteca con la vivienda.

Quizás, donde sí puede haber más campo de actuación es en todo lo referente a la transparencia, obligando a las entidades a explicar, y no precisamente en la letra pequeña, los riesgos y ventajas de una y otra fórmula.

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