El Tesoro Público acaba de cerrar su primera subasta de deuda del mes de mayo y lo ha hecho con éxito: ha captado más de lo previsto y ha pagado menos intereses a los inversores.
Un resultado previsto por los analistas, quienes aseguran que ésta ha sido una buena emisión de bonos a tres, cinco y trece años.
"Ha logrado superar objetivos y sigue abaratando sus costes de financiación. Ha sido una buena subasta para el Estado y algo peor para los inversores, que se llevan menos rentabilidad por comprar deuda española", asegura Jorge Lage, desde CM Capital Markets.
Resumimos las cifras claves de la emisión:
1. Supera el objetivo máximo
El organismo dependiente del Ministerio de Economía se había propuesto captar entre 3.500 y 4.500 millones de euros en esta emisión. Y, al final, ha colocado un total de 4.574 millones.
En bonos a tres años (con vencimiento el 30 de julio de 2016) ha adjudicado 1.863 millones; en bonos a cinco años (caducan el 31 de enero de 2018) ha captado otros 1.549 millones. Por último, ha vendido otros 1.162 millones en deuda a diez años (vence el 30 de julio de 2026).
2. Paga muchos menos intereses
Otra de las claves de la subasta es que España ha logrado pagar unas rentabilidades más bajas a los inversores para que éstos hayan comprado los tres tipos de títulos de deuda española.
Por los que vencen en 2016, ha desembolsado un interés medio del 2,24%, lo que significa que le ha salido un 20% más barato que hace apenas un mes. El 18 de abril (la última vez que colocó estos mismos bonos) pagó un 2,798%. Además, la rentabilidad de hoy es la más baja desde 2010.
Para los bonos que caducan en 2018, el Tesoro ha ofrecido un interés del 2,78% (la cifra más baja desde 2009) frente al 3,257% del mes pasado. En este tipo de papel, la financiación se ha abaratado un 14,6%.
Por último, ha pagado una rentabilidad del 4,33% por la deuda que vence en 2026, frente al 5,555% que desembolsó en enero (la última vez que emitió estos títulos). Esto significa que hoy ha pagado un 22% menos.
3. Se resiente la demanda
En esta subasta, España ha recibido unas peticiones que rondan los 9.550 millones. Esto significa que los inversores estaban dispuestos a comprar toda esta cantidad de deuda española, aunque finalmente se ha colocado algo menos de la mitad (4.574 millones).
En este caso, la demanda ha sido algo más reducida que en anteriores subastas, una caída que viene de la mano de los menores intereses que ofrece el Tesoro a los inversores.
Así, el ratio de cobertura (veces en que la demanda supera la oferta) ha sido de 2,3 veces en la deuda a tres años -la anterior fue 2,84 veces-; de 2,2 veces en los títulos a cinco años -la precedente fue 2,52-, y de 1,6 veces en el papel a trece años -en enero alcanzó las 2,85 veces-.
4. Los mercados, centrados en Europa
Por último, hay que señalar que la bolsa y la deuda españolas están ignorando el resultado de la emisión. ¿La prueba? El Ibex cotiza con descensos que rondan el medio punto porcentual, arrastrado por los números rojos de sus homólogos europeos.
Mientras, en el mercado de deuda, la prima de riesgo se amplía con fuerza y roza los 290 puntos básicos, tras permanecer dos sesiones alrededor de los 282 enteros. Además, el interés del bono supera ampliamente el 4,1%.
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