La mejor política económica: la diplomacia

    • La prestigiosa escuela de negocios ESADE recuerda al Gobierno que la consistencia de la recuperación económica pasará por convencer a las autoridades de la UE y del BCE.
    • "Hay que convencer al núcleo de Europa de que los países de la periferia necesitan crecer", afirman.

El presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, en su reunión con el presidente de EEUU, Barack Obama.
El presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, en su reunión con el presidente de EEUU, Barack Obama.

¿Qué se puede considerar un éxito diplomático? ¿Conseguir reunirse con Obama y que éste subraye ante los medios el "gran liderazgo" de tu presidente a la hora de poner en marcha profundas reformas económicas? Parece que sí. A simple vista da la impresión de ser un espaldarazo importante, tanto político como económico.

¿Hacerte una foto con la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, y que ésta te felicite por la reforma laboral y de las pensiones? Pues también, más si ambas fotos se producen en el mismo viaje. Además, el Fondo Monetario es una voz reputada en el mundo económico y sus opiniones y valoraciones suelen ser tenidas bastante en cuenta por inversores y mercados.

Sin embargo, no es en Washington donde el Gobierno debe librar sus batallas más importantes, sino en unos lugares mucho más cercanos: en Bruselas y en Frankfurt.

"La recuperación de la economía española y, en general, la de toda la periferia de la zona euro pasa por Europa", asegura Josep Comajuncosa, profesor de Economía de ESADE.

"En una Unión Monetaria el margen de maniobra de los gobiernos nacionales es limitado", continua Comajuncosa. "Es importante que continúe con la agenda de reformas y que se pongan en marcha medidas que faciliten la creación de empleo y el flujo de crédito hacia las pymes, pero la tarea clave que el Gobierno tiene por delante es hacer comprender al núcleo de Europa que los países del Sur necesitan crecer".Objetivos de diplomacia económica

ESADE lo tiene claro. La velocidad de la recuperación económica dependerá de la habilidad con que la diplomacia española sepa maniobrar en los despachos, en los pasillos y dónde sea necesario para cambiar el discurso europeo y aproximarlo a sus intereses.

Y debe hacerlo en cuatro campos fundamentales:

1. Acelerar la Unión Bancaria. Algunos datos son demoledores, como el que dice que si las pymes alemanas, o las holandesas o las suecas pagan un 3% por un préstamo bancario a doce meses, a las españolas se les pide un tipo del 7%.

Según ESADE, los primeros pasos de la Unión Bancaria, lejos de resolver esta fragmentación -intolerable en una Unión Económica- "más bien tienden a agravarla", ya que al anunciar la implicación de los inversores privados en caso de resolución de una entidad o exigir un aumento de capital a entidades ya especialmente apuradas como es el caso de las españolas han contribuído a profundizar las diferencias.

Desde la escuela de negocios entienden que España debe maniobrar para acelerar la entrada en vigor de aquellas disposiciones que más pueden ayudar a crear un mercado bancario únido, como la creación de un fondo común de resolución bancaria o un seguro de depósitos europeo.

2. Orientar la política del BCE a desbloquear el crédito. "El BCE debe proporcionar liquidez a las entidades financieras débiles", defiende ESADE, pero no como lo está haciendo ahora con un límite de tres meses, si no a plazos más amplios como hizo con los LTRO de 2011 y 2012 para incentivar a las entidades a transferir esa liquidez a familias y empresas

También puede adoptar medidas de financiación directa para asegurarse de que se desbloquea el flujo de crédito, especialmente hacia las pymes.

"La reactivación del crédito es esencial para la recuperación española", subraya el profesor Comajuncosa. "Hasta ahora, las medidas del BCE no han sido efectivas y no se han adoptado otras por la oposición del núcleo de Europa. Pero el BCE no ha tenido problemas en el pasado para presionar a los países periféricos y no debería tenerlos ahora para presionar a los países del núcleo de Europa para que acepten otras medidas".

3. Flexibilizar el cumplimiento del déficit. ESADE no ve posible que España cumpla con la senda de consolidación fiscal que tiene marcada en la actualidad y que le obliga, no sólo a haber cerrado el año 2013 con un déficit del 6,5% del PIB, lo cual muchos ponen en duda, sino a reducir ese desequilibrio hasta el 5,8% en 2014, al 4,2% en 2015 y al 3% en 2016.

El profesor Comajuncosa ve muy probable que España tenga que volver a renegociar una flexibilización de la senda de reducción del déficit pactada con Bruselas. "Es necesario evitar que recortes adicionales puedan perjudicar al crecimiento a corto plazo".

4. Sacar a los países periféricos del 'purgatorio'. "Se ha extendido la idea de que los países periféricos deben purgar los excesos cometidos en el pasado, aunque esto conlleve que se pasen una década sin crecimiento. Hay que cambiar esa idea, tenemos que conseguir que nos dejen salir de este purgatorio".

Para el Servicio de Estudios de ESADE éste es probablemente el desafío diplomático más importante que España tiene por delante: convencer al núcleo de Europa de que España, como el resto de países del sur, necesitan crecimiento para salir de la crisis y políticas que les ayudan a ello.

Lógicamente, ofreciendo una contrapartida: "Comprometerse a pagar todas las deudas pendientes".

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