El fútbol busca candidato de consenso que acabe con la guerra institucional

  • El objetivo final es terminar con los fuertes enfrentamientos enquistados que existen entre la RFEF, la Liga de Fútbol Profesional y el Consejo Superior de Deportes.

    Con Villar en prisión, la apertura de un expediente del TAD permitirá que el secretario de Estado para el Deporte, José Ramón Lete, decida la suspensión cautelar de Villar.

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La salida de Villar abre la puerta a un candidato de consenso que acabe con la guerra institucional del fútbol (EFE/Zipi)
La salida de Villar abre la puerta a un candidato de consenso que acabe con la guerra institucional del fútbol (EFE/Zipi)

La tormenta judicial que ha caído sobre el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Ángel Villar, y su ingreso en prisión decretado por el juez de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, abren la puerta a la búsqueda de un nuevo responsable al frente de la RFEF que permita acabar de una vez con todas con la guerra institucional del fútbol español.

El Gobierno se afanaba esta semana en garantizar que ejercerá sus funciones de tutela y garantizará el normal transcurso de la competición deportiva, aunque para ello tenga que “tomar las riendas” de la situación, en palabras del ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo. Pues bien, el auto de prisión incondicional contra Villar, su hijo y el vicepresidente de la Federación le ha puesto las cosas en bandeja para hacerlo.

El objetivo final es terminar con los fuertes enfrentamientos que existen entre la RFEF (con Villar al frente hasta ahora, respaldado por la mayoría de las federaciones regionales), la Liga de Fútbol Profesional (LFP), comandada por Javier Tebas, y el propio Consejo Superior de Deportes (CSD), sobre todo en la época en la que lo presidía Miguel Cardenal.

Fuentes cercanas a todas estas instituciones han advertido que el enquistamiento de la situación es tan profundo, que el mero desarrollo de un proceso administrativo que sustituya a Villar en la Federación puede no ser suficiente para cerrar las heridas abiertas.Suspensión no es inhabilitación

Una de las claves de todo el proceso para designar o elegir ese nuevo candidato de consenso para ordenar el fútbol español la marca el proceso administrativo que ahora se abre en torno a la salida de Villar.

El Consejo Superior de Deportes anunció a última hora del jueves que solicitará de forma inmediata al Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) la incoación de expediente disciplinario a los directivos de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) afectados por dicho auto. 

Solo el CSD puede pedir este expediente, que se abrirá para iniciar el proceso administrativo sobre el todavía presidente de la RFEF, pero que al mismo tiempo debe cerrarse para quedar pendiente del proceso penal abierto, que es prevalente sobre cualquier otro proceso.

Una vez resuelto el ámbito penal (juicio, posible condena, etc.), se iniciará el proceso administrativo de nuevo, pero mientras tanto, no se puede proceder a una inhabilitación en toda regla. Pero si el TAD admite a trámite la apertura de expediente (como parece que será), se abre la opción de que el secretario de Estado para el Deporte y presidente del Consejo Superior de Deportes, José Ramón Lete, decida la suspensión cautelar de Villar como presidente de la Federación.

Es una suspensión del cargo, es decir, no se abre una vacante en el puesto que haya que cubrir. Al contrario, si nos atenemos a los estatutos de la RFEF, al presidente le puede sustituir sus vicepresidentes. Uno de ellos, Juan Padrón, también está encarcelado con Villar; otro es Joan Gaspart, expresidente del CF Barcelona, que podría tomar las riendas por el momento; y hay un tercero, el presidente de la Federación Valenciana, Vicente Muñoz, que también se ha visto implicado en una investigación judicial. En la cascada de responsables, tras los vicepresidentes se coloca al tesorero, Juan Luis Larrea.

Pero dada la catarsis que supone el proceso judicial abierto sobre la RFEF, parece complicado que alguno de ellos coja las riendas de la institución para cubrir todo el periodo que queda de presidencia, que se acaba de iniciar. De hecho, al reelegido Villar no le ha dado tiempo siquiera a nombrar a su junta directiva, algo que tenía previsto para ayer.Dimisión y consenso

Con tutela del Gobierno o no, el órgano soberano en la RFEF es la asamblea, que sí está recién elegida, y que será quien tenga que tomar las decisiones pertinentes. Cabe la opción de nombrar una nueva comisión gestora que abra un proceso electoral nuevo, pero para ello Villar tendría que dimitir de su cargo como presidente, cargo que ostenta todavía aunque esté en prisión.

Fuentes jurídicas consultadas señalan que esa dimisión facilitaría mucho las cosas y permitiría poner en marcha su sustitución, pero si no se produce, el proceso administrativo para ello es complejo, dada la situación de desorden que se ha extendido por la Federación.

Mientras tanto, la opción que se maneja es buscar un candidato de consenso que sea avalado por la asamblea de la RFEF, la LFP y el propio CSD, y que pueda calmar los ánimos entre todas las partes y aunar sus intereses.

Desde el CSD aseguran que esta opción todavía no se ha barajado de forma oficial dentro de la institución, pero es un hecho que tanto responsables de la Federación, como de La Liga estuvieron ayer en sendas reuniones en el Consejo.

En otras ocasiones, personajes como el presidente de la Federación de Castilla y León, Marcelino Maté, ha realizado trabajos para la RFEF. También se baraja el nombre del presidente de la Asociación de Futbolistas Españoles, Luis Rubiales, o de algún responsable de la LFP.

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