El curso académico comienza con dos grandes dudas. La primera, si habrá algún cambio legal, en especial en lo concerniente al currículo y desarrollo de determinadas asignaturas (como Filosofía, Latín, Religión), y también en lo que respecta a los exámenes denominados “reválidas” y al papel que desempeñan las Comunidades Autónomas.
La segunda duda hace referencia al dinero que el Estado destinará a Educación. De momento, es complicado que se pueda elaborar una nueva ley de Presupuestos, por lo que parece muy probable que se prorrogue la anterior.
En este sentido, asuntos como las becas quedan fuera de la incertidumbre, pues los criterios para obtención de ayudas económicas no se ven alterados.
En el peor de los casos, el Ministerio tendría que incurrir en déficit, si su presupuesto no se incrementa y, a la vez, debe hacer frente al abono de nuevas y más cuantiosas becas.Las notas de las “reválidas” no valdrán este curso
En lo referente al primer aspecto, el académico, bastantes cuestiones están en el aire, pues las Cortes no han comenzado a legislar, y el gobierno en funciones sólo puede aplicar la ley orgánica existente (de 2013 y que modifica, no deroga, la ley de 2006).
Sin embargo, varios aspectos del desarrollo de la ley dependen del gobierno, como es el caso de las pruebas llamadas “reválidas”, que a final de este curso serán obligatorias para todos los alumnos que terminen la Secundaria y el Bachillerato.
De momento, y sólo para el curso que acaba de comenzar, 2016-2017, la nota de estas pruebas no tendrá efectos académicos.
Sin embargo, para el curso 2017-18, si no cambia la ley, estos exámenes nacionales sí condicionarán la obtención del título escolar. En el caso de la ESO, la “reválida” afectará en un 30% la nota; para Bachillerato en un 40%.
En cualquier caso, este año los alumnos de Bachillerato deberán esmerarse en la prueba, si quieren acceder a la universidad, porque sirve como Selectividad.Las CCAA no ven bien las “reválidas”
En general, las Comunidades Autónomas no ven con buenos ojos estas pruebas, sobre todo si determina la obtención del título de ESO y de Bachillerato.
Por ejemplo, Román Rodríguez, consejero de Educación de Galicia, ha mostrado estos días su opinión desfavorable a que las “reválidas” constituyan una calificación oficial. Rodríguez prefiere que sirvan como “informativas”, es decir, que para los cursos siguientes se mantenga el estatus de este año.
De cualquier manera, el gobierno se ha dado un plazo hasta el 30 de noviembre, para terminar de definir las pruebas del presente curso.Andalucía y Cataluña desobedecerán
Como podría esperarse, los gobiernos regionales más opuestos a estos exámenes son Andalucía y Cataluña, que han anunciado su desobediencia.
Como ejemplo de la dispersión en esta materia, algunas comunidades, como es el caso de Extremadura, incluirán en la “reválida” de Bachillerato la asignatura de Historia de la Filosofía, pero no así Madrid o Navarra, toda vez que la asignatura desaparece este año.
El ministro Íñigo Méndez de Vigo ha anunciado hace pocos días su disposición a suspender la prueba de final de ESO, si así lo acuerdan PP y Cs dentro de un nuevo gobierno, aunque esta medida no aparece en el pacto para la segunda investidura fallida, la de Mariano Rajoy, que anunciaron estas dos formaciones
En principio, la “reválida” que sustituye a la Selectividad se aplicará, para disgusto de las Comunidades y de los rectores.
Al contrario de lo que sucede con Selectividad, este examen cuenta con marco y contenidos determinados por el Gobierno central; y, también como gran cambio, su evaluación depende de profesores externos a las universidades. Por otra parte, la prueba durará un día más, al incorporar más asignaturas (según los casos, podrían ser hasta cinco).Asignaturas en tres grandes ramas
Respecto a las asignaturas, existen tres grandes ramas: las que son obligatorias para todo el país y que, por tanto, dependen del Gobierno (troncales); las que elige el alumno (como Ética, Religión, Música, Cultura Clásica); y las de libre oferta, tanto por parte de las Comunidades Autónomas (que incluyen sus lenguas cooficiales), como por parte de los centros académicos.
De esta forma, y según el Real Decreto 1105/2014 (que establece el currículo de la ESO y del Bachillerato), Lengua y Matemáticas son obligatorias para todos los alumnos, pero Latín, que sigue existiendo, sólo es asignatura optativa.El caso de Madrid
La situación se torna más confusa en bastantes supuestos, puesto que que las disposiciones autonómicas completan y desarrollan la norma nacional. En el caso de la Comunidad de Madrid, su decreto 48/2015, que establece el currículo de la ESO, tiene 300 páginas.
Según esta norma, los alumnos madrileños deben cursar, de manera obligada, tres años de una asignatura conocida como “Tecnología, Programación y Robótica”.
Asimismo, los institutos y colegios madrileños deberán ofertar estas materias a sus alumnos de ESO: Segunda Lengua Extranjera (en tres cursos), Cultura Clásica (3º); y, además, podrán, si lo estima conveniente cada centro, ofertar estas otras: Iniciación a la Actividad Emprendedora y Empresarial, Taller de Música, Recuperación de Lengua, Recuperación de Matemáticas, Ampliación de Matemáticas (Resolución de Problemas), Deporte y Taller de Ajedrez. La asignatura de Filosofía es optativa en 4º de ESO para los jóvenes madrileños.
En síntesis, Como adelantó lainformacion.com, la LOMCE se terminará de implantar durante el próximo curso. Habían ya adoptado la nueva normativa Primaria y Formación Profesional (FP) Básica, así como primero y tercero de ESO y primero de Bachillerato. Este año será el turno para segundo y cuarto de ESO, y segundo de Bachillerato.
Además, como principal novedad, este curso 2016/2017 será la primera evaluación a final de la ESO y de Bachillerato, aunque no puntuarán por ahora, lo que supone, de hecho, la desaparición de la Selectividad.
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