Aún no ha llegado la primavera y ya está aquí la invasión de las procesionarias, que pueden llegar a matar al perro

  • Con las temperaturas no demasiado frías que hemos vivido todo apunta a que este año habrá plaga de una oruga que hay hasta que evitar pisarla porque las puas que nos deja en el calzado son muy peligrosas.

    Los perros corren el peligro de morir si las lamen. Los más pequeños también pueden sufrir graves consecuencias.

    Qué sucede y qué hacer si nos pica una

La oruga procesionaria
La oruga procesionaria
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Las temperaturas no tan elevadas que hemos vivido durante los meses de invierno son las causas de que esta primavera la temida oruga procesionaria se convierta en un problema que puede llegar a ser letal para nuestros perros y muy peligrosa para los niños.

Si cuando nos dejó el verano el denominado veroño calentó demasiado el otoño, ahora en invierno también hemos vivido episodios de días primaverales. Sin ir más lejos la pasada semana las temperaturas superaron los 20ºC en muchos puntos de la Península.

Ahora estamos en pleno temporal con lluvia, nieve y frío, pero el domingo volverán a subir las temperaturas y poco a poco los cielos de la península volverán a estar despejados. 

Esto hará que cada vez sean más las familias que disfruten de unos días al aire libre con sus perros. Si nuestras mascotas llegan a lamer las orugas procesionarias pueden morir. Así lo ha advertido la Guardia Civil desde su cuenta de twitter.

Las temperaturas más veraniegas que otoñales y primaverales que invernales han permitido a las larvas de esta oruga alargar su período de alimentación y las plagas son mayores.

Las orugas de procesionaria se alimentan de las acículas (hojas) de pinos, cedros y abetos, cuando la temperatura nocturna se encuentra por encima de los 0ºC, afectando a varias funciones vitales del árbol.

Estos pierden volumen y biomasa, reducen su crecimiento radial y su productividad, volviéndose más vulnerable al ataque de insectos xilófagos” explica Eduard Durany, gerente técnico de Anticimex. “Sin embargo, las orugas hibernan cuando la temperatura nocturna se halla por debajo de dicho valor", aclara.

Esto implica que los inviernos cálidos permitan a las larvas alargar su período de alimentación, lo que se traduce en mariposas hembra mucho más fértiles y en consecuencia, plagas de mayor.

Entramos en un mes en el que podemos empezar a verlas caer de los pinos. Los expertos avisan que no hay que pisarlas, solo evitarlas, porque hasta con calzado puede ser peligroso entrar en contacto con los filamentos venenosos que se adhieren a la suela. 

Especial cuidado hay que tener con los niños porque si tiene contacto directo con los pelos urticantes que la rodean, estos se dispersan y flotan en el aire produciendo irritación en la piel, nariz y ojos. Además, estos pelos urticantes se clavan en la piel liberando una toxina que genera la liberación de histamina y, en consecuencia, la reacción alérgica, una dermatitis tóxico-irritativa.

Los expertos aconsejan extremar la precaución con los más pequeños y mantenerlos alejados de este tipo de árboles en parques, jardines o zonas de recreo, con el fin de evitar cualquier tipo de contacto con la oruga.

Lo más importante para evitar una picadura (aunque como tal no lo sea ya que no pican, sólo son tóxicas por contacto) es poder identificarlas. 

Lo más característico, aparte de su color naranja negruzco, es que se mueven en fila, unas detrás de otras. Esto no es más que un mecanismo de defensa contra los pájaros, que desde el cielo lo único que ven es algo alargado que confunden con ramas.

Si a pesar de todo el niño -o el adulto- recibe una picadura el tratamiento indicado es hielo, algún antihistamínico o antiinflamatorio y acudir al médico.Los perros, en peligro mortal

Los niños y adultos no son los únicos que pueden verse afectados por estas toxinas, sino que también hay que tener mucho cuidado con los perros. Por alguna razón, la oruga procesionaria atrae especialmente a los perros, que juegan con ellas llegando a meterlas en la boca.

Algunos de los síntomas que presentan los perros cuando han estado en contacto con una oruga son picores intensos, abundante salivación o inflamación del hocico y cabeza. Incluso, si un can olfatea o lame una oruga el fatal resultado puede resultar mortal. Causaría una necrosis de parte de la lengua. Si la infección llega a la laringe puede morir por asfixia.

En caso de que su mascota resulte envenenada por una procesionaria debe lavarle inmediatamente la boca con agua templada, lo que no excluye que acuda con la mayor celeridad al veterinario para que puedan tratar al perro con corticoides de acción rápida.

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