Las comunicaciones entre el maquinista del Alvia que descarriló en Santiago, a través de la radio, con el servicio de 24 horas de emergencia de Renfe que recibía los mensajes, pueden ser claves en la investigación judicial.
Acusado de homicidio por imprudencia, Francisco José Garzón, el maquinista del tren, se negó a declarar ante la Policía en el hospital en el que estuvo internado acogiéndose a sus derechos legales.
Ahora la Policía investiga las transcripciones de las conversaciones entre el propio conductor y la sala de Renfe que recibía sus palabras tras el trágico suceso. Apenas unos segundos después de que el convoy descarrilara en la curva Angrois, el conductor ya sabía que había ocurrido algo muy grave.
Mediante siete afirmaciones sobrecogedoras, que han sido incorporadas a las indagaciones sobre las causas del siniestro y que el juez tiene en su poder, el maquinista expresaba su dolor:"Descarrilé, qué le voy a hacer, qué le voy a hacer"."Tenía que ir a 80 e iba a 190""Soy humano, soy humano"."Pobres viajeros"."Espero que no haya muertos porque caerán sobre mi conciencia"."La he jodido"."Me quiero morir".
Francisco José Garzón admitió a través de la radio en varias ocasiones que iba a a una velocidad excesiva, mensaje que volvió a repetir horas después al delegado del Gobierno en Galicia.
En la tarde de hoy se cumplirán las 72 horas en las que un detenido puede estar en manos de la Policía y antes de ser puesto a disposición de un juez que, tras hablar con él, decidirá qué cargos y medidas le aplica.
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