La dimisión de Esperanza Aguirre pone fin a su mandato en el PP de Madrid. Se marcha, pero deja en el partido lo que muchos han bautizado como el "aguirrismo". La ahora concejal del Ayuntamiento de Madrid cuenta con importantes apoyos a nivel regional que podrían plantarle cara a Cristina Cifuentes en el futuro Congreso de los populares madrileños.La sucesión de Aguirre al frente del PP de Madrid no va a ser, ni mucho menos, pacífica. Fuentes cercanas a Esperanza Aguirre aseguran que el aguirrismo todavía cuenta con importantes apoyos en la región. Estos dirigentes y gobernantes, muy próximos a la ya expresidenta, estarían dispuestos a dar la batalla y a evitar la unción de Cristina Cifuentes como presidenta del PP de Madrid.Los aguirristas son pocos, pero algunos todavía conservan importantes cuotas de poder. En primer lugar, el grupo municipal popular cuenta con destacados militantes en esta corriente. También en el comité de dirección del PP regional hay importantes partidarios de la reconocida fan de la política británica. Y a ellos, además, hay que sumar destacados alcaldes, especialmente de la zona noroeste de la región, que "detestan a Cifuentes", según explican las mismas fuentes.Lo que está claro es que Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes no se llevan bien. Mantienen las formas pero, por detrás, hay una guerra soterrada. Desde el entorno de la concejal se apunta a que algunas de las informaciones que ella ha desmentido en las últimas horas provienen de su rival, que ha filtrado algunos datos falsos para quedar bien.Esperanza Aguirre, por tanto, quiere pilotar su sucesión en el PP de Madrid y, según personas muy cercanas a ella, no estará dispuesta a servírselo en bandeja a Cifuentes.La presidenta autonómica, por su parte, ha vencido en un primer asalto. La decisión de Génova de nombrarla presidenta de la gestora en el PP de Madrid es un primer paso para que ella se postule en el próximo Congreso regional. Quienes la rodean dicen que Cifuentes no dará un paso al frente hasta que no cuente con el apoyo de la dirección nacional.
Ante esta situación, se avecina un Congreso nada amistoso en el PP de Madrid. Aguirre podría ponerle las cosas difíciles a una Cifuentes que, aunque sea 'ungida' por la dirección nacional, podría sufrir para alcanzar la presidencia. El sistema de primarias, además, favorecería a que el candidato con un mayor apoyo entre las bases se convirtiera en el ganador. Y Esperanza Aguirre ha controlado el partido a nivel regional en los últimos doce años.
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