Todo el mundo puede tirar una cerveza, hacerlo bien es otra cosa. En principio un grifo de cerveza no esconde ningún secreto, pero es verdad que la cerveza puede llegar a saber hasta diferente según como se haya servido.
Si Heineken cuenta con un maestro cervecero encargado de la receta de su cerveza, no podría faltar entre sus filas un maestro en poner cañas, este es el titulo de Erik Tackenkamp. Para conseguir la perfección en la caña hay que inclinar el vaso de forma que evite la fuga del CO2 que es el gas que genera la espuma que protege de la cerveza y ayuda a refrescar.
Para que la posición sea la perfecta Heineken cuenta con unos vasos que llevan una elipse marcada y que indica la inclinación adecuada. La espuma debe llegar hasta los 'hombros' de la estrella que hay marcada en la parte superior. Unos dos dedos de espuma. Nuestro vaso, además, tiene grabada de forma rugosa una estrella en la base que hace que el CO2 se vaya generando.
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