Unidad, entre las palabras más repetida en un discurso que duró poco más de doce minutos

    • Ha durado doce minutos y ha tenido 1.646 palabras, casi las mismas que el año pasado.
    • España y españoles, entendimiento, convivencia, diálogo, compromiso, juntos, voluntad, pueblo, plural, Constitución, constitucional, historia, hoy y futuro, las otras palabras más repetidas.
Felipe VI en su discurso
Felipe VI en su discurso

España y españoles, entendimiento, convivencia, diálogo, compromiso, juntos, voluntad, pueblo, plural, Constitución, constitucional, historia, hoy y futuro. Esas son las palabras que más ha repetido el Rey Felipe VI en su discurso de Nochebuena que en esta ocasión ha tenido 1.646 palabras.

La duración del discurso de su segundo discurso como Rey ha sido de 12' 10''. Si le sumamos el himno el tiempo es de 13' 08''. La duración es muy similar a la del discurso del año pasado.
Felipe VI ha vuelto a despedirse en esta ocasión en todos los idiomas cooficiales.Felipe VI llama a la unidad, pese a las diferentes formas de sentirse español

Felipe VI está más que preocupado por la deriva independentista catalana y por todos los que con el pretexto del derecho a decidir pueden poner en peligro la unidad de España. Una vez abierta la brecha será difícil cerrarla y la descomposición podría ser imparable. Por eso el Rey apela a todos a "reconocer lo que nos une". Algo que hacemos, hay que reconocerlo, muy poco, porque vende más lo que nos separa y porque como bien reflejó Goya en sus cuadros, los españoles nos hemos comportado como cainitas a lo largo de nuestra historia.

"Es necesario poner en valor lo que hemos construido juntos". Con sus errores y aciertos, señala el Rey, que pone así en valor lo realizado en la construcción y de manera colateral el trabajo de su padre.

Pero el Rey deja abierta la puerta a "diferentes formas de sentirse español", que también son parte de nuestra identidad. Un claro mensaje a los millones de catalanes que se sienten catalanes y españoles, y también a aquellos que sienten hoy un hartazgo por lo español que el Rey insta a que sea reconducido respetando sentimientos y lenguas. Felipe VI ha puesto en valor también a aquéllos que a lo largo de los siglos "han dado su vida por España".

El Rey considera a España a un gran Estado en el que se respeta la voluntad democrática y el autogobierno

Contesta al Rey a todos los que dicen que España presenta un déficit democrático importante. No lo ve así el Rey que en su discurso habla de "un gran Estado, que reconoce la diversidad en el autogobierno (otra respuesta a todos los que dicen que España no lo respeta lo suficiente), y que respeta la voluntad democrática de todos los españoles (de nuevo contesta a todos los que han puesto en duda la calidad de nuestra democracia".

La exaltación de España del discurso de Felipe VI continúa. "Tenemos -tengo- muchas razones para poder afirmar esta noche que ser y sentirse español, querer, admirar y respetar a España, es un sentimiento profundo, una emoción sincera y un orgullo legítimo".

Los políticos sí están en el punto de mira del Rey tras el 20D. Les exige que miren por el interés general de los españoles y fortalecer la cohesión social, un proyecto común. Destierra así el Rey, como no podía ser de otra forma, cualquier aventura que se salga de ese cauce. El Rey deja claro que "el sincero espíritu de reconciliación y superación de nuestras diferencias históricas. Esta es una lección que nunca debemos olvidar, señala el monarca.

Mensaje a los separatistas: La ruptura de la ley de forma unilateral solo provoca decadencia, pobreza y aislamiento

El discurso del Rey, certero, afilado y duro en su contenido, porque duros son los momentos que atraviesa el país, no se olvida de los dirigentes catalanes con Mas a la cabeza que han colocado al Estado en una situación límite. No cita el Rey expresamente, porque eso no es posible, pero sí indirectamente a aquellos que olvidan que la ruptura de la ley, la imposición de una idea o proyecto de unos sobre la voluntad de los demás, solo conduce al empobrecimiento, la decadencia y el aislamiento.Serenidad, tranquilidad y confianza en la unidad y continuidad de España

El Rey ha hecho en su discurso una encendida defensa de la Constitución que considera el pila de nuestra convivencia, la que asegura la defensa y los derechos de todos los ciudadanos y nuestra propia diversidad.Empleo digno porque no se puede ver el futuro sin ilusión

La economía ha ocupado un importante espacio del discurso. Un término ha sido clave. Empleo digno. No cualquier empleo. Eso es lo que ha señalado Felipe VI que España necesita para que todos veamos el futuro con ilusión. Y en clara sintonía también con algunas sensibilidades de país, apuesta por lo público y lucha contra la desigualdad. Una frase deja clara la opinión de Felipe VI: que nadie se quede en el camino.El Rey pide a los españoles que dejen de mirar atrás porque el mundo no espera

Felipe VI recrimina a los españoles un vicio que nos persigue. Nuestra obsesión por mirar atrás. Como si fuéramos incapaces de construir el futuro sin ataduras, dogmas o rencores. Ahora lo hemos vuelto a ver con las calles de Madrid, pero es algo común a la política y sociedad españolas. Siempre se mira atrás para justificar los errores o el presente y sus deficiencias. El Rey anima a todos a "mirar hacia delante porque hoy nadie espera a quien solo mira atrás.La corrupción, tocada de pasada

No ha querido profundizar el Rey esta vez en el tema de la corrupción, pese a que es una de las grandes preocupaciones de los españoles. Solo una frase toca de pasada el comportamiento que debe exigirse a los representantes políticos: "unas instituciones sensibles con las demandas de rigor, rectitud e integridad".

Felipe VI ha pronunciado un discurso pues, menos afable y más directo que el del año pasado. Más político porque lo que se juega hoy en España es la unidad de España, en riesgo, la estabilidad política, también entre alfileres, y la inseguridad de una Constitución que ha sido el pilar del Estado y que ahora se quiere sustituir sin ideas claras y sin un consenso a la vista. Por eso el discurso del Rey ha puesto en valor lo logrado y ha dejado claro que cualquier aventura debe ser la de todos, respetando el Estado y la voluntad de la mayoría.

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