Él, católico, ella musulmana, los Romeo y Julieta de París se juegan la vida por amor

  • La muchacha de 22 años, acude a los tribunales ante las palizas y las amenazas de muerte de su familia por enamorarse de un católico. 

    El padre de ella ha dejado claro que no hay nada que hacer: "Que mueran los dos si es necesario". Los primos de la muchacha dejan claro que usarán los cuchillos. 

El, católico, ella musulmana, los Romeo y Julieta de París se juegan la vida por amor
El, católico, ella musulmana, los Romeo y Julieta de París se juegan la vida por amor
M.T.

"Papá, mamá, siento decir esto, pero tengo que irme de casa para evitar provocar más daño, porque esta situación no se acepta”. A sus 22 años, una joven desafía así la autoridad familiar. Su delito no es otro que haberse enamorado, siendo musulmana, de un joven católico.El novio rechazó cambiar de religiónTienen 22 años, y llevan tres luchando porque se respete su amor. No lo han logrado. Les llaman en París, el Romeo y Julieta del siglo XXI. La respuesta del padre de la muchacha no se ha hecho esperar: "espero que mueran los dos". Al principio el padre puso como condición para aceptar el amor de su hija que su novio renunciara a sus creencias y se hiciera musulmán. El novio se negó: “el amor no es una religión”. Entonces llegaron las palizas, el daños psicológico y las amenazas de muerte.El joven, de origen portugués y católico, no es lo que sus padres esperaban para su hija. Pero ella continúa. No cede. Y decide marcharse de casa. Libertad o familia, amor o familia. Hay que elegir. Y la muchacha, que no puede dar su nombre por miedo, decide que apuesta por el amor.Amenazados de muerteSu familia decide tomar cartas en el asunto. Cuando ella abandona su casa la familia la intenta localizar. Al lograrlo sus primos la golpean con saña, su padre la amenaza de muerte por teléfono, dañan su coche, su padre vacía todas sus cuentas... y ella asustada acude a los tribunales... contra su propia familia. Desde entonces, todo es un drama. El miedo empieza a vencer al amor.Con 22 años no es fácil perder el trabajo, la casa, y a los que más quieres. La familia de la muchacha, que no cede, decide que ha muerto para ellos. Nadie la llama para su cumpleaños, nada sabe ya de sus hermanas. La muchacha decide también rehacer su vida y dice que no se arrepiente de nada. No puede dar la cara ni su nombre. El miedo sigue ahí, tras su piel. Su abogado tiene claro que no hablamos solo de religión, sino de una muchacha joven que tiene derecho a vivir su vida en libertad.Los primos de Julieta ya han dictado su sentencia: “Los musulmanes sabemos arreglar las cosas con un cuchillo. La madre del novio intentó interceder en favor de los chicos y habló con el padre de la novia,. La respuesta de este la heló la sangre: “No hay nada que negociar, que mueran ambos, si es necesario”. Un tribunal decidirá, pero la amenaza contra estos Romeo y Julieta del siglo XXI sigue en pie. Y a buen seguro que hay muchas más ocultos, sufriendo esta intolerancia en silencio. En pleno siglo XXI.

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