¿Por qué los perros se huelen el trasero?

    • Estos animales simplemente recolectan información y datos de sus compañeros cuando olisquean sus traseros. Lo desvela la Sociedad Química de Estados Unidos (ACR).
    • Los perros tienen unas 10.000 y 100.000 veces el olfato más sensible que los humanos, y se guían de los olores para recoger información.

     

     

Es normal que los perros se huelan el trasero cuando se ven en cualquier parte. Pero, ¿alguna vez te has preguntado por qué lo hacen?

El secreto lo desvela la Sociedad Química de Estados Unidos (ACR), recogido por BBC Mundo, en un video educativo: la química. Los perros tienen un olfato muy desarrollado, entre 10.000 y 100.000 veces más sensible que los humanos, y se guían de los olores para recoger información.

Estos animales simplemente recolectan información y datos de sus ‘primos’ cuando olisquean sus traseros, desde su género hasta qué comen o de qué humor están.

Se puede decir que los perros hablan a través de la química. La relación a través de olores no es algo extraño en el reino animal ya que son muchas las especies que se comunican o relacionan a través de este sentido.Diálogo de secreciones

Explica la BBC que en 1975, el científico George Preti, experto en feromonas y olores humanos del Centro Monell de Química de los Sentidos, estudió las secreciones anales de perros y coyotes e identificó los componentes principales de las secreciones que producen las glándulas alojadas en dos pequeñas bolsas llamadas sacos anales.

Preti concluyó que este lenguaje químico está formado de trimetilamina y varios ácidos grasos volátiles. De acuerdo a la genética y al sistema inmulógico del can, el aroma puede cambiar.

¿Cómo se las arreglan los perros para procesar este "mensaje" químico? Los canes tienen un sistema olfativo auxiliar llamado órgano de Jacobson o vomeronasal. Este sistema está diseñado específicamente para la comunicación química, y dispone de nervios específicos que se comunican directamente con el cerebro.

Por lo tanto, no hay interferencias de otros olores y el órgano de Jacobson puede dedicarse sin distracciones a leer las "tarjetas de presentación" químicas de sus amigos perros.

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