La emotiva historia de un niño autista que le ha cambiado la vida con Pokémon Go

  • El pequeño Ralph Koppelmon, recluido en casa" y "sin hablar con nadie", salió a la calle para capturar a su primer Pokémon.

    Según cuenta ella misma, la aplicación ha cambiado la vida de su hijo autista de manera radical. 

La emotiva historia de un niño autista que le ha cambiado la vida con Pokémon Go
La emotiva historia de un niño autista que le ha cambiado la vida con Pokémon Go
PTB/Agencias

El fenómeno de Pokémon Go no tiene límites. Mientras que algunos consideran la reciente aplicación como un fenómeno mundial capaz de cambiar el mundo, otros piensan que no es más que una exageración del momento. Sin embargo, a la familia de Lenore Koppelmon, una mujer neoyorkina, este juego sólo le ha reportado cosas buenas.

Según cuenta ella misma, la aplicación ha cambiado la vida de su hijo autista de manera radical. 

El pequeño Ralph Koppelmon, de tan sólo seis años y que "pasaba el día

recluido en casa" y "sin hablar con nadie", salió a la calle para capturar a su primer Pokémon.

Tal y como explica Lenore en su cuenta personal de Facebook, una vez conseguido, salió corriendo con el objetivo de capturar más. Fue entonces cuando un niño lo vio y reconoció lo que estaba haciendo.

En el post, su madre recalca que el joven "le preguntó a Ralph que cuántas criaturas

había capturado. Ralph solo contestó una palabra: "Pokémon", pero comenzó a saltar

muy emocionado".

"Cuando Ralphie juega a Pokemon Go interactúa con otras personas como nunca antes lo había hecho", añade felizmente Lenore.

Al igual que muchos niños de su edad, Ralph comenzó a jugar a Pokémon Go y a los

dos días "sus rutinas, su comportamiento y su forma de comunicarse habían cambiado por completo", cuenta, orgullosa, su madre.

La aplicación, que consiste en salir de casa y dar caza a los 250 pokémon mientras se

camina, ha traspasado fronteras y se ha convertido en todo un fenómeno de masas

dando lugar a un hito en Internet sin precedentes. Y, al igual que locuras, también nos regala historias tan bellas como ésta.

Mostrar comentarios